OBRAS EN LA CIUDAD

Una acera del Puente Romano, vallada desde hace siete meses

<p></p>
photo_camera El perímetro de la acera se valló a finales del mes de junio del año pasado por riesgo de derrumbe.

Vecinos y comerciantes exigen respuesta al Concello, que precintó la zona por "riesgo de derrumbe"

La entrada del barrio de A Ponte desde el Puente Romano saluda a los visitantes con una estampa poco atractiva: una acera cubierta de vallas en la que solía ser una de las esquinas más vivas del barrio. La zona precintada cumplirá siete meses en pocos días, desde que el pasado mes de junio los operarios municipales colocaron el cercado. En su momento, el entonces edil de Infraestructuras, José Araújo, explicó que la acera corría riesgo de derrumbe debido al mal estado de los cimientos. Desde entonces, vecinos y comerciantes de As Caldas aseguran que el Concello no ha movido ficha, ya que la situación "sigue absolutamente igual" y que desconocen qué pasos seguirán los técnicos municipales para solventar el problema.

En la acera sobrevive solo uno de los tres bajos comerciales -una farmacia-, desde donde echan de menos que alguien les explique qué sucede: "Un día llegamos por la mañana y estaba todo precintado, nadie vino a informarnos de nada". Además, señalan la "pérdida" de clientes, ya que las vallas ocupan su fachada. La cafetería de la esquina, el Don Tano, cerró en el mes de octubre, después de ver cómo su terraza mermaba hasta casi quedarse sin mesas. Desde que se colocaron las vallas hoy, los vecinos del inmueble situado en la zona acceden a su portal a través de un pequeño pasillo, así como los clientes de la farmacia. Durante las guardias del establecimiento, los compradores tienen que acceder a la ventanilla, situada en la zona que está actualmente precintada.

Los vecinos, por su parte, se quejan de la "falta de preocupación" del Concello ante la situación y piden que se "invierta dinero" en mejorar los bajos de la acera para recuperar la "normalidad" de hace meses. Del mismo modo, apuntan el "descuido" del entorno del Puente Romano, uno de los "emblemas" de la ciudad, así como el "flaco favor" para el comercio local. "Pasará como pasa coa Praza de Abastos, que tamén está pechada", comenta un vecino de la calle Ribeiriño.


El Entroido, a otra parte


Este será el primer año que la asociación pontina Frei Canedo no pueda celebrar el Entroido en la entrada del Puente Romano, lugar que emplean desde sus inicios para colocar la carpa en la que organizan conciertos cada día. "Temos que trasladalo por prevención a zona do parque do Miño, para nós supón un cambio total porque temos todo organizado para a entrada da ponte, pero non nos queda outra", apuntan desde la organización. 

Te puede interesar