La ciudadanía cuestiona el toque de queda: "No va a servir de nada"

Curros Enríquez.  José paz
Vecinos de Ourense encuentran arbitrariedad y exceso en las nuevas medidas: "Al imponerlas deberían justificar mejor el porqué"

Las calles de la ciudad vivieron ayer y este domingo sus primeras noches de toque de queda. Unos minutos antes de la hora límite, quienes destacaban sobre las carreteras casi vacías eran los repartidores que circulaban a toda velocidad para cubrir un reparto más. Con todos los locales de vinos cerrados o cerrando, los bares apuraban sus últimos cafés y por las aceras algún despistado deambulaba hacia sus casas. 

La imposición del toque de queda de 23,00 a 6,00 por parte del Gobierno se ha encontrado con el escepticismo de la sociedad ourensana. "Es demasiado restrictivo, deberían buscar una alternativa más laxa, sobre todo pensando en el comercio y la hostelería, que están sufriendo muchísimo", defiende Marcos Rey. 

Este vecino de la ciudad considera que "los gobernantes deberían buscarse las habichuelas para que esto fuera más fácil. En urbes pequeñas como Ourense el comercio local es básico y lo están fulminando".


Cambio social


Yolanda González es igualmente crítica con la decisión gubernamental: "Controlar a la gente por horas no sirve de nada, lo que harán es juntarse a las ocho de la tarde. La principal consecuencia será un cambio social hacia un horario más europeo, se quedará para tomar cañas dos horas antes". 

Tampoco convence a González que el Gobierno haya anunciado su objetivo de prolongar el estado de alarma hasta mayo: "Me parece una medida desmedida. Y una fecha aleatoria. ¿Por qué el 9 de mayo y no el 31 de marzo o hasta diciembre?", recalca. González reivindica que el poder sea más cercano a la hora de establecer limitaciones al movimiento de los ciudadanos: "La opinión de la gente, en general, es que echamos de menos que cuando nos impongan una medida nos expliquen el porqué, justificándolas un poco más".

Eloy González también considera excesiva la decisión: "Estoy de acuerdo con guardar distancias y la mascarilla, pero no con tanto control. Al final todo cierra, ya no hay movimiento".

Claudia Sánchez encuentra positivo poder eludir un confinamiento total: "Me fastidia, como a todo el mundo, pero tampoco cuesta tanto. No iba a salir mucho por la noche si están los bares cerrados, así que no me parece mal. Siempre será mejor que estar otra vez mes y medio en casa".

Antonio González reivindica que en lugar de añadir aún más medidas  restrictivas se incida con dureza contra quienes no están cumpliendo las ya impuestas: "Moitos levamos meses sacrificándonos para logo ver como outros manteñen con impunidade reunións familiares, festas... Os máis novos deben entender que se trata da vida de todos, non só da súa. Van a unha festa desas e logo levan consigo a enfermidade". González recalca que "se non entenden polas boas que sexa polas malas". 

Por último, Patrick Soares defiende que "son buenas medidas y pueden ayudar. Es lo que tiene que hacerse mientras no se consigue la vacuna, espero que no tarde mucho". 


Unión de Hosteleros: "Esto ya es la estocada final, ¿quién cena a las ocho en Ourense?"


Javier Outomuro, presidente de la Unión de Hosteleros de Ourense, lamenta que el sector "está tocado y hundido, o poco le falta". 

La hostelería ha iniciado a nivel nacional una campaña para adelantar la cena con el objetivo de reducir las consecuencias económicas del toque de queda, pero Outomuro ve complicado que esta iniciativa surta efecto en Ourense: "¿Quién va a cenar a las ocho? Las tiendas del centro comercial cierran a las nueve, la industria a las siete. Ni siquiera los funcionarios que trabajan solo de mañana van a cenar tan temprano después de haber comido a las cuatro". 

Outomuro lamenta una lucha por sobrevivir "pagando impuestos al 100% por locales abiertos al 50%". 

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