Opinión

Menos Galicia

El día que llegue el primer pasajero en AVE el peso de Galicia en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) puede resultar anecdótico. Las cuentas entregadas ayer al Congreso por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, han logrado que dos fuerzas políticas antagónicas como BNG y PPdeG coincidan en el diagnóstico: "bofetada y agravio". La inversión ha ido menguando los últimos cuatro años a medida que se horadaba el granito para acercar la meseta a la tierra del mar. El Gobierno de Pedro Sánchez contempla para 2019 una inversión del Estado en Galicia de 757,1 millones, cifra que representa un desplome del 19% respecto a los 936,8 millones presupuestados para 2018. Y 264,4 se los llevará el AVE al que también se subirán madrileños, andaluces, catalanes, albaceteños... 

Menos Galicia. Pasó de ser la tercera comunidad en dotación presupuestaria en 2016 al sexto puesto previsto, con un 6,2% del total. Lejos quedan las cuentas de 2009 que superaban los 2.000 millones, aunque más de la mitad se pulían picando granito para que pasara la vía de alta velocidad. Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana son las autonomías más favorecidas en el proyecto que necesita del apoyo de Podemos y sus confluencias, además de vascos y catalanes, para salir adelante. Los populares gallegos apuntan al compadreo de Sánchez con los independentistas catalanes para continuar en La Moncloa. De ser cierto el cambalache, el presidente resultaría peor estratega de lo que se presupone tras tumbar a Rajoy con una moción de censura diseñada con astucia. La amenaza de Casado, Rivera y Abascal elaborando 155 medidas para Cataluña es más suasoria que la seducción presupuestaria. 

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, culpabiliza también a los cinco diputados de En Marea en el Congreso del "bofetón a Galicia". Hasta Luís Villares, portavoz orgánico y en el Parlamento de Galicia de En Marea, recomendó a Antón Gómez-Reino, líder de Podemos Galicia, que invierta más tiempo en explicar su defensa de la agenda gallega en el Congreso que en pedir su dimisión. Para el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga estos presupuestos sociales son buenos porque somos muy viejos. Y cada año menos. 

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