La provincia se sumó este domingo a la reivindicación contra la violencia machista. Pequeñas y mayores levantaron la voz para dejar claro que "no queremos ni una menos" y recordaron que la solución pasa por educar en la igualdad
Ourense lo dijo ayer alto y claro en cada esquina de la provincia: "Ni una menos". Multitud de ciudadanos no dudaron en salir a la calle y reclamar el fin de la violencia de género.
En Trives, Xinzo de Limia, Viana do Bolo y Quintela de Leirado, la reivindicación tomó forma de caminata, en la que participaron numerosos vecinos. En Allariz, los adolescentes del instituto de la localidad cogieron los micrófonos en la Praza Maior para expresar su rechazo a la violencia. Los estudiantes del IES Ferro Couselo también alzaron sus voces en Barbadás, donde pidieron educar a los hijos "para non ter que protexer ás fillas".
En Ribadavia, la Praza Maior acogió un sentido recuerdo a mediodía. Carballiño, además del acto homenaje, celebró un pleno extraordinario para mostrar la repulsión a la violencia. Castro Caldelas aprovechó el 25-N para inaugurar la ruta de los miradores de Matacás, cuya dificultad se asemeja "a la de las mujeres víctimas para rehacer su vida", tal y como explican desde el gobierno local. Verín organizó su primera Gala contra la violencia machista en el auditorio, en la que la compañía teatral Silvardeiras Teatro representó "Cando Valentina era mala".
O Barco, por su parte, reunió a un centenar de personas en la Praza del Concello, donde se leyó un manifiesto y se realizó una pequeña representación del grupo Gargallada. El grupo socialista ourensano se concentró en la ciudad frente al mural a la mujer rural de Antonio Faílde. La jornada de reivindicaciones se terminó con una nutrida manifestación en la ciudad que partió del Parque de San Lázaro a las 20,30 horas, convocada por Marcha Mundial das Mulleres. Las participantes recordaron que "non estamos todas, faltan moitas".
