Opinión

Beirismo extemporáneo

Más que un político es un icono vivo. Resucitado, en realidad. Con 76 años, abandonó la jubilación forzada y regresó en busca de la revancha soñada. Ondeó su melena desordenada, blandió de nuevo su zapato, desorbitó su agitadora mirada azul y encendió la ilusión de un ejército de desencantados. Beiras regresó al Parlamento gallego con sus conocidas artes de político antisistema, crecido por la soberbia de una victoria que le llegaba excesivamente tarde. Sobrexplotó de inmediato y hasta el límite su carisma, los viejos trucos. Se condujo con la falta de pudor del abuelo díscolo y con la temeridad con que el adolescente teoriza el disparate. Brilló por momentos. Pero carece ya de agilidad para mantenerse en esa delgada frontera donde pueden convivir por unos segundos el zapatazo en el escaño y el debate institucional. Ya no domina ese equilibrio. Se le va el discurso. Este icono va camino de convertirse en una caricatura.

Te puede interesar