La limpieza del corredor que une la Alameda de Ourense con el Barbaña se ha convertido en un conflicto de competencias de hondo calado político-laboral-empresarial. Esa basura que se acumula ahí, en uno de las zonas más transitadas de la ciudad, está al parecer en tierra de nadie, para castigo de todos los ciudadanos. Los responsables de las brigadas entienden que debe recogerla la concesionaria de la limpieza municipal y ésta considera que tal tarea está fuera de sus competencias. De modo que el concejal de turno, abochornado por las críticas y el bochornoso paisaje, ha tenido que emplearse a fondo para conseguir que finalmente los operarios del Concello hiciesen el trabajo. No seré yo quien resuelva el conflicto; para eso está el concejal. Y las brigadas municipales, para cumplir con el trabajo que se les asigne. Para eso cobran una nómina y no para decidir si Gibraltar es español o Tras Alameda territorio comanche. ¿Cae de cajón o no? n
