Opinión

El ejemplo del Barbaña

Es un lugar emblemático de la ciudad y lo tratamos como si fuese una cloaca. Recibe cada día la visita de cientos de ourensanos, pero también constantes vertidos tóxicos que han llegado a exterminar casi todo atisbo de vida. El Barbaña es a pesar de todo un pulmón, un paseo, un divertimento para la ciudad. Y a pesar de todo ha sufrido el desprecio y la desidia y la fala de previsión de las administraciones públicas. Sólo la 'importante movilización social' (Xunta dixit) ha conseguido al fin un avance: el compromiso de invertir 3,7 millones de euros para atajar su exterminación. El Barbaña es el ejemplo perfecto de cómo llegamos a maltratar nuestros ricos recursos naturales y también de cómo la sociedad, cuando se mueve con decisión, consigue obligar a los políticos a hacer los deberes. Conclusión: seamos sensibles con nuestro patrimonio e implacables con nuestros representantes políticos.

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