La escuela como centro de educación en valores, plena de entusiasmo docente y sobre todo paterno, y con el niño en el primer nivel de sus metas. La escuela, como la mejor y más eficaz enseñanza ante la vida, una oportunidad para la recuperación de sentido común y freno a los excesos, aun en tiempos de crisis, polémicas reformas y recortes. El escritor sevillano José María Toro habló ayer en Allariz del secuestro del tiempo y del descanso, de la felicidad en la infancia, de educar con 'co-razón', juego de palabras en el que el docente, 'formador de formadores', reivindicó para el sector un trabajo en el que el corazón no esté reñido con la razón, más aún ambos se presentan ligados en un proyecto de ampliación de la escuela en el hogar y en la vida. 'Los maestros tenemos que rendir cuentas a la vida, no al político de turno', dice.
