Opinión

Las decisiones de Bouzán

El señor G. Bouzán ha decidido. Lo hizo primero cuando aceptó formar parte de la candidatura popular al ayuntamiento de Ourense. Imagino que por su vocación política o por sus loables ganas de hacer algo por Ourense. ¿Ignoraba Bouzán que formando parte de una candidatura sería visto de otra forma? Craso error para quien “se ocupó?” durante lustros de la “buena imagen?” de la diputación de Ourense. 

¿Desconocía Bouzán que era imposible atender sus altas responsabilidades técnicas al mismo tiempo que las políticas? ¿Tienen los días de Bouzán más de 24 horas? ¿Pensaría que la imparcialidad y objetividad que se le presumen al dirigir dos centros de la Diputación no se verían afectadas con su cargo público partidista? Finalmente… ¿pensaría que sus cuantiosas retribuciones públicas –perfectamente lícitas- no saldrían a la luz y no sabríamos que sus emolumentos actuales en la diputación superan al sueldo del alcalde de Ourense gracias a los sabrosos complementos que reconocen su dedicación completa a sus funciones directivas e incluso a aquella por la que cobra y que no ejerce? (presidente Baltar: menudo trato de favor que espero corrija… cuando usted pueda!)

¿Creería Bouzán que los ourensanos entenderíamos que siguiera cobrando por lo que no sería capaz de realizar y, además, ocuparse de la tenencia de alcaldía, portavocía y tres concejalías del nuevo gobierno de la capital? ¿O le movería sólo percibir un sueldo público superior al de Mariano Rajoy? Estamos hablando de 85.000 eurazos.

Y Bouzán tomó otra decisión. Porque, en este asunto, las únicas decisiones fueron de Bouzán. La segunda consistió en dimitir de concejal, marcharse del Ayuntamiento para seguir gozando de su privilegiada situación funcionarial anterior. Y todo porque el presidente Baltar le hizo ver su parecer ante tamaño despropósito al no tener, por el momento, instrumentos legales que corrijan ese desmán ético y funcionarial.

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