Opinión

Despacito, con mucho cariño por favor

Martín Rodríguez no escondía su sonrisa. Estaba disfrutando. El equipo también. El banquillo explotaba de alegría. ¿Y la afición? Desbordaba de bilirrubina. El Paco Paz empezó acurrucado, escuchando un lento en el primer cuarto para sentir el ritmo de la bachata en el segundo. Despertó y la fiesta ya no se podía parar. DJ Tibu amenizó el tercer cuarto y el desenlace fue electro latino. No hubo maltrato, todo fue bajo permiso.

"Necesitamos más cariño", replicaba en la previa Gonzalo García de Vitoria. Que fallas un tiro, palmadita en el culo. "¡Ánimo!". Que metes un tiro libre, te la choco. ¡"Sigue así!". Que Mitrovic yerra dos tiros decisivos, le apoyan: "¡Vamos, vamos!". Todo era una telenovela con final feliz. Sin embargo, el Burgos despertó. Sonó la alarma y a falta de minutos, el empate dramatizaba el encuadre. 

Tiempo muerto del COB. Y sonó la canción del momento. Gonzalo García explicó la siguiente jugada,mientras Miguel González animaba. El entrenador cruzó los brazos, el segundo se sentó. Miraron a la pista y todo fue "Despacito". Con pausa y con control. Sin finales precoces pero con el pulso acelerado.

"Ya, ya me está gustando más de lo normal", dijo Gonzalo tras una bandeja de Fran Guerra para poner el 54-52. Miguel González le respondió tras un triple de Kapelan (57-52): "Esto, hay que tomarlo sin ningún apuro". 

El COB empezó lento y terminó salvaje. Maduró el partido desde la inteligencia de los rebeldes. Buscó a Mitrovic para sentenciar el partido y tal vez el héroe que pedía era Kapelan. Lo fue. Anotó un triple y dos tiros libres para cerrar la hazaña. Fin del partido. Chao Burgos. Apaguen las luces, toca continuar la fiesta. Toca bailar. 

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