Opinión

Israel, en una nueva fase de la guerra

Seis meses. Hace unos días se cumplieron los seis meses de la llamada guerra de Gaza y el recuerdo del asesinato de 1.200 israelitas a manos del grupo terrorista Hamás que provocó el origen del trágico conflicto. Fueron muchos los judíos que acudieron al Muro de las Lamentaciones a llorar y rezar por los muertos de aquel infausto y sangriento día al amanecer del domingo día 7 de octubre. En todo el país estalló la cólera e inmediatamente empezaron a diseñar la venganza. En esa tierra, calificada de santa por tres de las más grandes religiones del planeta, la palabra venganza lleva muchos siglos cultivándose de forma tan eficaz como fervorosa. Conociendo los impulsos y las capacidades de Israel, una gran parte de la opinión pública mundial manifestó sin ambages que los judíos tenían el derecho a defenderse, al tiempo que se solidarizaban con su dolor.

Sobre la Franja de Gaza,  ese minúsculo territorio palestino, separado del resto y desde 2006 gobernado por Hamás después de una cruenta y victoriosa guerra contra el movimiento palestino de Al Fatah, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu lanzó a sus ejércitos y comenzó una de las más brutales y carniceras guerras de las que hay memoria. Más que de guerra podemos calificarla de matadero, un matadero indiscriminado. Hasta el momento las víctimas civiles suman cerca de 35.000, de las cuales más de 10.000 son niños. Gaza es un cementerio de muertos y una autopista por donde desfila una interminable caravana de esqueletos vivientes, estremece verlos. Madres y abuelas que son alaridos de angustia abrazando a sus hijos o nietos muertos. Niños mirando con ojos desorbitados que nos miran desde un cliché de calaveras. 

Y por las calles, escombros de casas residenciales, iglesias y mezquitas, hospitales y escuelas. Las palabras barbarie y tragedia podíamos ilustrarlas con fotografías de los paisajes humanos y urbanos de Gaza. Se han pisado y quebrantado todos los límites de los derechos humanos e incluso no resulta inexacto ni banal utilizar la palabra genocidio. Los diccionarios se quedan cortos al calificar los hechos con palabras. La brutalidad ha llegado a tales extremos que incluso tradicionales e incondicionales apoyos de Israel como el presidente estadounidense, Biden ha rebajado el apoyo a la estrategia de Netanyahu, calificándola de errónea. Un calificativo muy suave, pero que lleva un fuerte reproche diplomático.

Desde que invadió Gaza, Israel está mas aislado y amenazado que nunca y en el interior del país, la popularidad de Netanyahu se encuentra a niveles de hielo y de desprecio. Su prestigio internacional está por los suelos, la causa palestina tiene cada día más respaldo en las principales calles del mundo.

En las ultimas semanas diversos episodios sangrientos están contribuyendo a que la causa de Israel resulte cada día más odiosa. Uno de los acontecimientos más siniestros y sangrientos fue el ataque a tres vehículos de la ONG del chef español José Andrés cuando estaba repartiendo comidas por Gaza. En ese ataque murieron siete de sus trabajadores de distintas nacionalidades. El día 1 de abril, lunes, Israel atacó el consulado de Irán en Damasco, matando a 13 altos oficiales y comandantes de las fuerzas iraníes. Un paso muy peligroso, ya que atacar la legación diplomática de un país equivale a atacar el territorio de ese país. 

En este caso, Netanyahu provoca directamente a Irán que cuenta con uno de los ejércitos más poderosos de la zona. La pregunta es ¿con este ataque Israel busca una guerra abierta con Irán? Sería una peligrosa huida hacia adelante. Con esta acción busca Netanyahu implicar militarmente en el conflicto a los norteamericanos. No hay que descartarlo. Desde el mismo día del ataque al consulado, el Gobierno de Teherán manifestó que el sangriento acontecimiento no quedaría impune y el día del fin de Ramadán, el Guía de la Revolución iraní, Ali Jamenei proclamó ante una gran masa de fieles que la hora de la venganza contra Israel, llegaría. No precisó el modo ni el donde, pero afirmó que llegaría.

En Israel hay temor a un posible ataque y en el caso de una importante agresión por parte de Irán, la administración de Biden se implicaría en la guerra. ¿Es lo que busca Netanyahu?. No hay que descartarlo. En ese caso el conflicto encendería toda la zona. Hace unos día el estado hebreo, anunció que retiraría sus ejércitos de la geografía de Khan younés en el sur del enclave, pero el primer ministro repitió que esta retirada significaba un nuevo planteamiento de la guerra. No su fin. Consideraba la guerra irrenunciable, como irrenunciable era la entrada de sus tropas en Rafah. Nos esperan días de terror, dolor e incertidumbre. Y muerte. Muchas muertes.

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