Opinión

Tensión electoral en Reino Unido

Perdieron las alcaldías de las grandes ciudades, de todas las del país, desde Londres a Birmingham

El pasado día 2 de mayo se celebraron elecciones municipales en Inglaterra y en el país de Gales. Los resultados fueron devastadores para el Partido conservador del Reino Unido, esperaban la derrota, pero no el desastre que arrojaron las urnas. Perdieron las alcaldías de las grandes ciudades, de todas, desde Londres a Birmingham, pasando por Manchester y Liverpool.

Desde que se conocieron los resultados, una tensión ansiosa domina el microcosmos político del país. Los conservadores del primer ministro Sunak se mueven en un remolino de contradicciones buscando como darle la vuelta a las encuestas y los laboristas siguiendo las consignas de su líder Stamer presionan para que se convoquen pronto. Por ahora, nadie sabe la fecha, incluso el primer ministro Sunak , de quien depende la convocatoria, cuando le preguntan suele contestar que cerca del final del segundo trimestre del año. Sin precisar el día exacto. Lo cierto es que tienen que ser lo más tarde antes del 17 de diciembre de este año, es decir cinco años después desde que el Parlamento se reunió por primera vez después de las elecciones de diciembre del año 2019. A partir de esa fecha, los partidos políticos tendrán veinticinco días para hacer campaña.

Lo cierto es que el primer ministro no suelta una palabra. Le encanta mantener las curiosidades en vilo. Tiene el mismo estereotipo de respuesta cundo le preguntan sus colaboradores, los periodistas o los curiosos. Siempre dice lo mismo: “Mi hipótesis de trabajo es que las elecciones generales se celebrarán en la segunda parte de este año”.

Estos días recibe las mas disparatadas ideas para darle la vuelta a la opinión pública, pero la realidad es que las cosas van mal y las consecuencias del brexit siguen pesando negativamente. Para tranquilizar a los suyos después del desastre en las municipales afirma en sus declaraciones que los laboristas ganarán, pero no podrán gobernar sino se apoyan en otros partidos. Un error de bulto, no hay hada peor para un político que aceptar de partida la derrota. Para esta pintoresca afirmación se basa en la extrapolación que hace el sociólogo Michael Thrasher de los resultados de las municipales, de esta extrapolación deduce que los laboristas para gobernar necesitarían 32 votos procedentes de otros partidos. Algo relativamente fácil, ya que los liberales y los Verdes están en buena disposición y conseguir varias formulas de acuerdos. Claro que Sunak considera que estos acuerdos serían un desastre para el país. Los analistas de diversas tendencias consideran que los Conservadores conseguirán en las próximas elecciones una derrota inevitable. Los Conservadores están en horas bajas, faltos de ideas y de esperanza.

La coyuntura les está llevando a una deriva equivocada, seducidos por los postulados del partido ultraderechista Raform Uk, fundado por el hooligan conservador Nigel Farage, aunque ahora lo ha abandonado para regresar al palomar de halcones del partido Conservador.

Nadie cree a Sunak cuando afirma que todavía puede revertir las encuestas, ya que la media de los diversos sondeos le da a los laboristas 20 puntos de ventaja sobre los conservadores. El descredito de los conservadores es demasiado alto y profundo, tanto que a pesar del escaso carisma del líder laborista Keir Starmer y la escasa audacia política que le caracteriza se mantiene en cabeza a una cómoda distancia de Conservadores. El sociólogo M. Custice sostiene que el laborismo tiene el 99% de posibilidades de dirigir el próximo gobierno.

Los dos primeros ministros que precedieron a Sunak le crítican por ser demasiado tibio en la aplicación del brexit, cuando la opinión pública británica de manera mayoritaria cree que el brexit ha contribuido al deterioro de los servicios públicos y de la economía en general. Las políticas de austeridad diseñadas por Lizz Truss fueron tan meteóricas como catastróficas: Sus rebajas fiscales desestabilizaron los mercados y estuvieron a punto de hundir el sistema público de pensiones. Una locura que frenó el Banco de Inglaterra y el Tesoro. A pesar de todo sueña con volver a liderar a los conservadores. Más que un sueño sería una pesadilla. Por su parte a Boris Johnson que marchó rodeado de escándalos y de mentiras le mueve el ansia de recuperar la dirección del partido para ajustar cuentas con el actual primer ministro Sunak al que considera artífice de su caída.

El brexit volverá a ser muy pronto un asunto de confrontación en el Reino Unido. La mayoría dentro del Partido Conservador lo defenderá y entre los laboristas se abrirá camino el Movimiento de los laboristas por Europa. Lo veremos en la próxima campaña electoral. Atentos.

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