Opinión

AZNAR Y GUERRA

No me refiero a que Aznar dé guerra, que la da, sino al expresidente y a Alfonso Guerra. Ambos personajes políticos están ahora de moda, aunque siempre han estado presentes de una u otra manera. Los dos tienen en común que hablan claro y que sus ideas parecen ser firmes. Que en una época de tanta incertidumbre, tantas dudas y tanto desasosiego, salga alguien a la palestra (Aznar) para exigir el cumplimiento del programa del Partido Popular, casi es de agradecer, porque yo creo que los que han votado a este partido esperaban exactamente lo contrario de lo que se está haciendo, y con razón. Y por mucho que se quiera disimular, sus palabras han sido un aldabonazo al Gobierno, recordándole que la situación es grave y que todavía lo puede ser más.


Aznar parece partir de la idea de que cuando se hace un programa electoral se deben prever los escenarios posibles y probables a los que tendrás que enfrentarte, y que el hecho de que el déficit sea mayor del esperado no es excusa para no cumplir el programa, porque ese déficit a mayores era posible y muy probable que existiese, y se suponía que la lucha contra el mismo vendría por otro lado, es decir, recorte de gasto superfluo y adelgazamiento del Estado, pero en realidad vino por el camino más fácil, subir impuestos y bajar salarios, y para esto no hacía falta tanto programa ni tanto experto.


Y como Aznar era poco, aparece el otro día Alfonso Guerra en una entrevista en la que, con gracejo, dio un repaso a la historia reciente de España y del PSOE, aunque deslizó una aseveración que me pareció muy sabia aunque no novedosa, dijo que en la vida siempre se pasa por el dolor, las limitaciones, las deslealtades y que todo ello te hace más persona, lo cual me pareció que lo acerca mucho al mensaje cristiano de la cruz, ¡lo que es la vida! De sus afirmaciones me quedé con dos: la primera, que él siempre advirtió de los errores cometidos por su propio partido y por los gobiernos socialistas, sin que nadie le hiciese caso y costándole un gran desgaste político (se refirió en concreto a la modificación de los estatutos de autonomía que hizo Zapatero, que él votó a favor por disciplina de partido, y que siempre le parecieron una grave equivocación, en lo que, por cierto, coincide con Aznar); y la segunda, que siempre que se cruza con Aznar, y van unas cuantas, éste le dice invariablemente: 'Tú y yo tenemos que hablar', a lo que Guerra contesta inalterablemente: 'Cuando quieras', pero el caso es que nunca hablan y ello a pesar de que uno y otro lo han repetido más de una vez. Cuando uno le dice a otro repetidamente que tienen que hablar y el otro lo acepta es porque consideran, respectivamente, que se trata de alguien con quien merece la pena intercambiar ideas. Tal vez no estaría mal que Aznar y Guerra se sentaran de una vez a dialogar, ya que no lo hacen sus respectivos partidos, y después nos dijeran a qué conclusiones habían llegado; tal vez nos llevaríamos una sorpresa mayúscula y habría pacto de Estado para salir de ésta.


Con todo, viendo los últimos debates políticos, me parece que algo está cambiando, porque se oyen propuestas de la oposición pidiendo unión y contestaciones de Mariano Rajoy en el sentido de que está dispuesto a estudiarlas. Los ciudadanos nos merecemos que nuestros representantes se unan en beneficio de todos, porque la unión hace la fuerza, lo que nada tiene de nuevo porque esto lo sabemos aquí y en el resto de Europa desde hace muchísimos años.

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