Opinión

La crisis, la ciudad de la cultura y la innovación

Conmemoramos este año el segundo centenario del nacimiento del genial Charles Dickens. Si viviese ahora seguramente escribiría una novela innovadora capaz de vislumbrar una salida a la crisis. Desgraciadamente no tenemos a Dickens, pero conocemos lo que otros han hecho para que la crisis no les afecte dramáticamente. Me refiero a Silicon Valley, donde se ha creado una cultura de la innovación que impregna California. En España la crisis económica ha expulsado a muchas personas del sistema económico. Es cierto que Galicia tiene una situación económica razonable dentro del conjunto de España (déficit público reducido y menos paro), pero es imprescindible un proyecto de futuro. Nuestros antepasados levantaron la Catedral de Santiago y una cultura que cambió nuestra tierra, porque fue la mayor innovación en muchos siglos. En la actual Galicia es necesario crear una nueva cultura de la innovación basada en tres pilares: un edificio que sea referencia, una decisión política ampliamente consensuada (las elecciones del 21 de octubre ofrecen una gran oportunidad) y un equipo capaz de ponerla en marcha.

El edificio de la Ciudad de la Cultura es el adecuado como piedra angular de esa nueva cultura de la innovación. Arquitectónicamente es extraordinario. A mi entender, será muy útil si al edificio se une un gran proyecto de Galicia que mire al futuro y para ello a su nombre, “La Ciudad de la Cultura”, hay que ponerle un apellido que lo llene de contenido, y éste debería ser “La Ciudad de la Cultura de la Imaginación y la Innovación”. El edificio no puede ser el depósito de lo que en Galicia se ha hecho hasta ahora. No se trata de que en él se realicen las innovaciones técnicas, científicas o artísticas (eso se hace en las empresas, laboratorios o talleres), ni de reconvertirlo en un edificio administrativo. Se trata de que a través del mismo se extienda la cultura de la innovación y la imaginación en la población gallega, creando distinciones propias, premios para las mejores ideas, se ofrezca información sobre másteres, visitas guiadas con exposiciones reales o virtuales, divulgando como trabajan las empresas lideres en innovación y los creadores vanguardistas, se enseñe la metodología para implantar la innovación en toda nueva empresa que se cree, hacer de los consumidores y usuarios una fuerza de innovación con sus sugerencias, difundir toda esta información no solo en el propio edificio sino a través de las redes y, sobre todo, orientar a los gallegos sobre posibilidades de innovación, creando una gran biblioteca real y virtual, un centro de investigación sobre los métodos de innovación, y todo ello con la marca “Ciudad de la Cultura de la Imaginación y la Innovación”.

Es cierto que algunas de estas propuestas ya existen, pero de manera desperdigada y sin que se obtenga un rendimiento óptimo. En el año 2011 la Ciudad de las Artes y las Ciencias recibió 3.700.000 visitantes, el Guggenheim 962.358 y la Ciudad de la Cultura 330.000. De estas cifras parece desprenderse que la cultura enfocada hacía el pasado tiene menor atractivo, la cultura del presente tiene mayor reclamo y las ciencias y el arte mucha mayor demanda. Seguro que lo relacionado con la imaginación y la innovación será apreciado por la sociedad con gran interés. La cultura de la innovación tiene que calar en Galicia como en su día lo hizo la libertad. La ilusión es un bien escaso en nuestro tiempo, pero imprescindible para la vida y capaz de mover montañas y sociedades.

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