Opinión

EUROPA Y LOS BANCOS ESPAÑOLES

Cada vez más se demuestra que Europa, a nivel económico, funciona a base de acuerdos que algunas veces sólo reflejan los desacuerdos y los intereses de cada país. Me explico. Se aprobó en diciembre el Sistema de Supervisión Bancaria Europeo, y resulta que Suecia y la República Checa no se someterán al mismo, Inglaterra tampoco (la city es el principal centro financiero de Europa), de Alemania sólo se supervisará el 20% de sus entidades financieras, y de España el 90%, aproximadamente. Esto supone que, al menos en este sistema de supervisión, existe una Europa de tres niveles: el primer nivel es el de los que se autoexcluyen, el segundo es el de los que sólo permiten que se les supervise un poquito y el tercero el de los que quieren que se les supervise prácticamente todo. En este último nivel está España.


Cabe preguntarse por qué España quiere o admite que se supervise el 90% de sus entidades financieras, cuando casi todo el sistema bancario europeo se vio afectado por los diversos agujeros financieros y los respectivos gobiernos tuvieron que inyectar inmensas cantidades de dinero para salvar sus propios bancos. Tal vez me equivoque, pero creo que esa solicitud e interés en que Europa controle el sistema bancario español se debe a tres razones: Primera: los consejos de administración de algunas entidades españoles no controlaban nada, lo cual es grave. Segunda: el Banco de España tampoco controlaba, o si lo hacía miraba para otro lado, según denuncian ahora los inspectores de dicha entidad e investiga el Fiscal General del Estado, lo que es aún más grave. Tercera: España actuó muy tarde y ha tenido que pedir ayuda a Europa para salvar parte de nuestros bancos, mientras otros países actuaron rápido y con sus propios medios.


La consecuencia de todo ello es que nadie se fía de la mayor parte de nuestro sistema financiero, por lo que lo mejor, según el Gobierno, es que Europa nos supervise, y esto, en sí mismo, nos permite confiar en la seriedad de la política bancaria de los actuales dirigentes del Banco de España. Se entiende que ahora los controles sobre el sistema bancario español ya no fallarán, porque si falla el español y también el europeo, entonces apaga y vámonos. La pena de todo esto es que somos los ciudadanos los que pagamos las consecuencias, y miles de empleados perderán sus empleos por la pésima gestión y porque el Banco de España miraba para otro lado. ¿Se acuerdan de cuando nos decían que teníamos los mejores bancos del mundo? Lamentable.

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