Sí, es una súplica. Después de la carrera de ayer en Spa-Francorchamps, una de las grandes cunas del automovilismo, lo tengo cada vez más claro, hace falta un poco más de igualdad en el Mundial de F1.
En este GP no solo no ha pasado nada sino que los propios pilotos han reconocido que ni siquiera han disfrutado dentro del monoplaza. Mal vamos si el que está al volante no se lo pasa bien, ¿como estarán el resto en sus casas o en las gradas del circuito?
La tan cacareada revolución en la Fórmula 1 tiene que llegar ya. Los motores turbo, los neumáticos más anchos y la lista de elementos comunes para todos los monoplazas porque si aun encima ni siquiera los señores de Pirelli la 'lían' con los compuestos, este Mundial se convierte en una especie de tiovivo con 22 pilotos dando vueltas sin poder adelantarse salvo por un error de estrategia en boxes o porque todavía quedan algunos pilotos (cada vez menos) con agresividad en pista.
Señor Ecclestone, haga algo, la Fórmula 1 con carreras así aburre y sin una la solución lo verá resentido en su bolsillo, que es lo que le duele.
