Opinión

Un equipo por encima de cualquier ego

 

Llegó el momento. Es hora de demostrarle al resto de España por qué Ourense se merece estar en LEB Oro. Está claro que el COB no tendrá el presupuesto más elevado y que tampoco jugará al baloncesto más vistoso de la Liga. Pero lo que sí debe demostrar es que luchará por ser el mejor equipo de la categoría.

A simple vista resulta complicado imaginar cómo se puede ser el mejor con uno de los presupuestos más bajos, pero quizás el problema sea el no ver más allá del dinero, un dinero que como está demostrado no siempre es la solución a los males.

El discurso de Sanz siempre ha sido claro, se podrá anotar más o menos pero la defensa es innegociable. La defensa es actitud. Ahí está la clave del Club Ourense baloncesto para ser el mejor conjunto. Las carencias de calidad individual se suplirán con el esfuerzo colectivo, ese mismo esfuerzo que ya sacaron a relucir los jugadores ourensanos en la pretemporada cuando tutearon a todo un ACB como es el Obradoiro de Santiago.

“Las estrellas ganan partidos, pero los equipos campeonatos”. Esa frase de Chuck Daly, entrenador de los Pistons a un Michael Jordan abatido tras perder su primera final de la NBA contra los “bad boys”, tiene que ser la bandera de Club Ourense baloncesto. Los nombres ayudan pero no son determinantes. Un gran jugador puede meter 30 puntos pero nunca ganará una liga ni logrará una salvación él sólo. Crear un equipo debe ser la misión y objetivo de Rafa Sanz.

El aficionado ourensano debe aprender de errores pasados. No se puede vivir de recuerdos. La historia es bonita pero es eso, una época pasada que quizás nunca vuelva. El seguidor del COB tiene que identificarse más que nunca con el grupo de jugadores de esta temporada, entendiendo los defectos y virtudes de una plantilla llena de ilusión y ganas de comerse el mundo.

No se puede ni debe olvidar que el último periplo en ORO antes del año en el infierno de PLATA fue el de los grandes nombres, las grandes aspiraciones y las sobresalientes expectativas en pretemporada. Nada más lejos de la realidad, el año fue un infierno que terminó con los huesos de un histórico como el COB en tercera división del baloncesto nacional, gastando más dinero del deseado, dando una imagen deplorable en varios campos y decepcionando a los miles de seguidores que se reunían cada 15 días en el Pazo y que fueron capaces de animar a los jugadores al final del fatídico partido de Palencia demostrando por qué son el jugador mejor activo de este club.

Ese activo que es la afición tendrá que aportar su granito de arena una vez más. El primer paso ya se dio la temporada pasada. No sin sufrimiento el COB volvió al lugar que se merece, la Liga LEB ORO y esta vez tiene que ser para quedarse. Está claro que no será un camino de rosas y que habrá piedras que harán tropezar al equipo, pero no puede haber excusas. El trabajo duro trae recompensas y ya es hora de que Club Ourense baloncesto se cobre sus deudas con el pasado.

Esfuerzo, defensa, ambición y el apoyo de los aficionados deberían ser suficientes para que este grupo de jugadores se conviertan en lo que todos deseamos, el mejor equipo de la Liga, un equipo sin fisuras, en el que cada uno conozca su rol y prevalezca el grupo al ego. Solamente de esa forma se reverdercerán viejos laureles y el sufrido seguidor cobista podrá irse a casa tranquilo después de cada partido. Orgulloso de sus colores y su ciudad, porque no lo olvidemos, el COB nos representa a todos por toda España, a la antigua y bella “Cidade das Burgas”.

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