Uno ya no sabe que pensar. Entre plazos, moratorias y los "llame usted mañana", el tiempo pasa para el Club Ourense Baloncesto y las consecuencias de seguir retrasando lo inevitable parece que poco o nada le importan a la ACB. Después de todo, los grandes perjudicados son otros, ¿no?.
Como consecuencia de ellos, siguen surgiendo informaciones contradictorias, interesadas y rebuscadas que parecen darle una vuelta de tuerca más a un asunto que ya está muy trillado, que cansa a todos y no satisface a nadie.
Demasiadas idas y venidas para un ascenso que se consiguió el día 2 de junio y que está convirtiendo al baloncesto español en un concierto, en el que si no bailas al compás que te marcan terminas solo y marginado en una esquina buscando un poco de compasión.
Agosto se termina, y con él se va camino de los tres meses de un culebrón que a pocos interesa ya. El daño al Club Ourense Baloncesto está hecho y la herida que tendrá que cerrar antes de que se inicie la temporada (si no se inicia una batalla judicial tras la decisión) en el mes de octubre es grande.
Y aquí, mareando la perdiz, la ACB sigue alargando el problema y agravando la fractura entre clubes y asociación ¿Cuáles son las consecuencias de este entuerto? Una liga sin equipos definidos, sin calendario y con muchas zonas oscuras.
Es hora de terminar con esto, por el COB, la dignidad de la ACB y el baloncesto en general.
