Uno de los aspectos positivos, o negativos, (según se mire), que tiene un play off es que no te da tiempo a reflexionar demasiado ni en errores ni en aciertos. Todo sucede a una velocidad que no tepermite analizar en exceso los detalles. Algo así como aquellos repasos cinco minutos antes de un examen que hacía en la universidad buscando el conocimiento mediante ciencia infusa, ingenuo de mí.
Menos de dos días para hacer balance y pensar en el detalle que te permita seguir soñando, trabajo complicado pero no imposible para quienes ya demostraron que tienen capacidad para eso y más.
En el aspecto personal y desperezándome del tute de horas de trabajo y páginas escritas me encuentra ya pensando en lo que puede suceder hoy por la tarde. Creo que todo el mundo está deseando
que sean las 19,15. Como no, me pongo en lo bueno y en lo malo y al final veo que lo bueno sería la leche pero lo malo no existe, el COB, pase lo que pase ya ha cumplido con creces.
Así, en medio de una montaña de periódicos con titulares que no me gustan, ¡ecco! Llega ese dato absurdo que me motiva: hoy, 31 de mayo, es el cumpleaños de Pablo Alborán, el de la empalagosa canción del Pazo. Creo que en circunstancias normales me habría dado la risa pero hoy me da un pálpito, no puede ser casualidad.
Hoy es momento de volver a empezar, sí. De disfrutar como hicimos todo el año. En la cara de los jugadores encontraréis la respuesta. Si los veis sonreír tendremos mucho ganado. Yo no me resigno, quiero la última en el Pazo y si allí somos mejores, ascender. Lo merecemos.
