Opinión

SOBRE LAS AGUAS DEL RÍO TORMES: O LAZARIÑO

El nacer sobre las aguas de un río es una referencia figurada y simbólica y conlleva un determinismo ad origine. Si el lugar es una acequia cuyas aguas mueven las ruedas de un molino; si la madre es una frecuentada molinera, y si el lugar, Tejares, está situado al otro lado del río, en el margen de una ciudad culta y letrada (Salamanca), el itinerario de quien nace sobre las aguas del Tormes está doblemente mediatizado. 'Pues sepa V.M. ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tome el sobrenombre . . .'. Motivan estas líneas la representación en el Teatro Principal de Ourense de 'O Lazariño de Tormes', un farandulero retablo en versión de César Campodónico. En un extenso y variado monólogo, cambiando de voz, mímica, gestos y nervioso caminar, Celso Parada se dobló como protagonista (Lazarillo), como autor de su vida (Lázaro), como personaje de sí mismo y a la vez bajo las máscaras de los distintos amos del mozuelo.


Bajo un farsante ciego, Lázaro pasó a servir a un clérigo avaro; ya adulto a un hidalgo arruinado y finalmente al Arcipreste de la Iglesia de Sant Salvador, en Toledo. La función duró cincuenta minutos largos; se oyeron algunas risas (el humor es parte del diseño lingüístico del texto), y el cierre final resultó un tanto apresurado y esquemático. Las adversidades del Lazarillo pasaron en un tris tras de servir al hidalgo procedente de una aldea cercana a Valladolid, quien en vez de darle pan se lo pide, a brevemente realzar sus fortunas. Se logran con la obtención de un oficio real: pregonero de los vinos del lujurioso Arcipreste de la iglesia de Sant Salvador. No pudo rechazar su oferta: 'casarme con una criada suya'. Y 'los domingos y fiestas casi todas las comíamos en su casa'. Malas lenguas, 'que nunca faltaron ni faltaran, no nos dejan vivir, diciendo no sé qué, y sí sé qué, de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de comer . . . aunque en este tiempo siempre he tenido alguna sospechuela y habido algunas malas cenas por esperalla algunas noches hasta las laudes y aun más'.


Lázaro, marido recién casado, y ya cornudo, confirma que 'algunos de mis amigos me han dicho algo deso, y aun, por más de tres veces me han certificado que, antes que comigo casase, había parido tres veces. . .'. Compleja historia (Lazarillo de Tormes) ante la cual los estudiosos y críticos más célebres han sido capaces de llegar a una lectura unánime y coherente. Texto anónimo, cifrado como tal en la portada del libro, sobre cuyo autor histórico se han escrito cientos de páginas. Está claramente consignado al final, siendo Lázaro el autor implícito: la voz que narra y escribe su autobiografía, que dirige a Vuestra Merced, el lector, y que le pide éste le cuente con detalle y desde el principio las 'adversidades y fortunas de su vida'.


Condenado a figurar en el Índice de libros prohibidos, el Lazarillo se constituye en cabeza fundacional de todo un género (el relato picaresco), con largas ramificaciones en la letras europeas y latinoamericanas. Ya La vida de Pascual Duarte de Camilo José Cela engarza con la estructura narrativa del Lazarillo, por ejemplo. Cierto que la necesidad de Lázaro de satisfacer su hambre es el motive más obvio y el más ilustrado, pero la ironía es múltiple y compleja. No menos lo es la crítica social, el simbolismo bíblico, la compleja estructura narrativa y el determinismo biológico. Imperio y ruina social, apariencia y desvergüenza sexual, usura y crueldad, picardía y engaño, fraude y ceguera moral, son varios de los hilos que se van engarzando magistralmente. . . ; 'que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él. Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa'.


El criado de ciego da en ciego de sí mismo. El hijo de una molinera, ligera de faldas, termina casado con una criada de la misma calaña; la deshonra ignorada en honra falsamente asumida y la narración lineal en círculo existencial; profundas paradojas éstas no fáciles de descifrar. Porque alegremente Lázaro afirma al final: 'Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna'.


(Parada de Sil)

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