Opinión

CAMINOS CON MEMORIA

Por los aledaños de Angell Street, hacía la bahía de Providence, paralela con Benefit Street, se sitúan un conjunto de calles, algunas en pendiente, con casas señoriales, pintadas de gris o marrón oscuro. La Historical Society de Providence llevó a cabo, con gran esmero y una política de renovación y conservación, el colocar en un buen número de casas una placa de bronce con la fecha de su construcción y el nombre de su primer dueño. Muchas datan de mediados del siglo XVIII, de antes de la Independencia del país, en plena era colonial. Por estas calles merodeó Edgar Allan Poe, ebrio y terriblemente enamorado, encontrándose con su amada a escondidas. Después de varios matrimonios, rotos por la muerte prematura de sus esposas (la tuberculosis fue la causa del fatal desenlace), dio en continua huída de sí mismo, de Boston a Filadelfia, de Nueva York a Richmond. Ya muerta Virginia Eliza Clemm, con la que Poe se había casado en Baltimore, en 1835, ella con tan solo trece años (era prima carnal), merodeó las calles de Providence y cortejó sin éxito a la atractiva Sarah Helen Whitman, poetisa mediocre pero llena de encanto y finura.


Sumido en el alcohol, bohemio empedernido, se cree que la madre de Sarah impidió por todos los medios la comunicación entre ambos. Siguieron otras mujeres, una de ellas Marie Louise Shew, que terminaron en calamitosos fracasos sentimentales. Su último encuentro en Richmond fue con su amor de juventud. Esta le puso como condición a su matrimonio el cambio radical de conducta y el cese de su consumición de alcohol. Dos años después, Poe dio con sus huesos en Baltimore, y encontrado en estado de delirio, muere en la madrugada del siete de octubre de 1849. Julio Cortázar indica en la biografía sobre Poe que al expirar exclamó: '¡Qué Dios ayude a mi pobre alma!'.


Pateando estas estrechas calles de Providence, bautizadas con nombres con connotaciones éticas, Benevolent Street, Prospect Street, Hope Street, surge también, paralela a la gran figura de Poe, el máximo creador de la novela de misterio y terror, la figura de otro intrigante autor: Howard Lovecraft. Sus historias se sitúan en las penumbras interiores de estas calles. La figura de Poe transcendió e influyó en las corrientes literarias europeas de mediados del siglo XIX. El poeta francés Stéphane Mallarmé lo consideró como 'el dios intelectual de su siglo'. Sin embargo, Lovecraft pasó un tanto desapercibido en su tiempo. Algunas de sus relatos de terror, con obvios ecos en Poe, se ubican en el Providence que Poe pateó en busca de un gran amor, si bien prohibido. Ha ejercido en la segunda mitad del pasado siglo una incalculable influencia sobre sucesivas generaciones de escritores de ficción de terror (Gotic Novel).


La casa familiar de Lovecraft estaba situada en el actual 454 de Angell Street, que cruza la parte este de la ciudad desde el Boulevard hasta Benefit Street, bordeada de casas victorianas. Al igual que Poe, la muerte del padre de Lovecraft le ocasionó, siendo niño, un cambio radical en su conducta. La casa materna estaba dominada por su madre, por dos tías (Lillian y Anne) y por el abuelo materno, un importante empresario de la ciudad. El ingreso del padre en el centro psiquiátrico de Providence, en el renombrado Butler Hospital, y su muerte causada por una paresia general, consecuencia de una neurosífilis, marcarían su afición a los relatos envueltos en intrigante misterio. Yal igual que en Poe, una serie de muertes familiares, cambiaron su forma de vida, residencia y ciudad. Su fracaso al no ser admitido en Brown University como estudiante de pregrado, y sus varias rupturas matrimoniales, fueron señalados determinantes al fijar sobre el papel sus macabras imaginaciones. La comentada impotencia de Allan Poe también coincidiría con la posible desviación sexual de Lovecrat.


Murió de cáncer intestinal en el hospital Jane Brown Memorial, en 1937 a la edad de cuarenta y siete años. Su nombre está inscrito en un pequeño obelisco situado en el centro del cementerio Swan Point, en leve caída sobre una mágica bahía. Una lápida situada al lado de uno de los senderos que cruza el campus de Brown avisa al caminante de su presencia, la fecha de su nacimiento y muerte, y llama la atención el lema 'I am Providence' ('yo soy Providence').


Con frecuencia caminé a su lado hacia el aula donde impartía algunos de los seminarios.


(Parada de Sil)

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