Opinión

Lo importante es tener salud

Lunes 17 de diciembre | Calificativos que son descalificativos 

La sanidad pública en la provincia se echa a la espalda 305.011 usuarios, de los que 94.566 tienen más de 64 primaveras. A su vez, 16.456 andan entre 80 y 84 años y 21.015 soplan más de 85 velas. La longevidad ourensana cabalga a ritmo de record, las patologías asociadas, con el gas a fondo también. Algo tendrá que ver la calidad asistencial de los últimos decenios en tales cifras. Supongo, no lo sé. En el periódico los profesionales de la sanidad pública ourensana hablan de panorama "deprimente", de que sufren "menosprecio" en Atención Primaria, que sus jornadas tienen "sobrecarga" y que trabajan con material "obsoleto". La consecuencia de tal desatino es que urge "una solución ya o esto puede ser catastrófico". Son epítetos muy duros, sin duda, y hay que suponer que se hacen desde una reflexión serena en vez de por un desahogo biliar. Quien opina es gente que sabe del asunto, que está a pie de obra. Hemos escuchado en los últimos tiempos a modo de reproche que uno de los males de la sanidad pública es que sus gestores tienden "a desmantelarla" o "a privatizarla". Esto último ha sido una afilada daga del discurso político, el dardo contra la diana del PP y su forma de organizar la sanidad. La pública, siempre tan estupenda; la privada, una insensible forma de engordar la cuenta corriente de los propietarios de clínicas y consultas. Pero, vaya sorpresa, en la sanidad privada jamás se ha escuchado una sola crítica, nunca una concentración, jamás una pancarta exigiendo no sé qué. Y algo deben saber decenas de profesionales de la pública que por la mañana cubren su jornada para el Sergas y por la tarde están en la privada ayudando a apuntalar la cuenta de resultados de la clínica y la suya propia. ¿Realmente creen que la privada golea a la pública? Yo tampoco.

Martes 18 de diciembre | Un número ingente de invitados a comer

En los últimos años se han echado toneladas de cemento sobre la sanidad. No para enterrarla, sí para crear nuevos centros de salud, equipar servicios o construir áreas de hospitalización. Cuando llegan a casa invitados inesperados, ampliamos la mesa, pero la comida es la misma y quien cocina también. La Xunta invertirá 64 millones para nuevas dotaciones en el Compexo Hospitalario. El común de los ciudadanos tenemos un problema con el dinero: por encima de lo que cobramos a fin de mes tenemos un grave problema de valoración. Supongo que serán necesarios los 64 millones, pero también aplaudiríamos 60, 58 o 73. Se supone que son los que necesita el hospital para seguir modernizándose. Llevamos muchos años ampliando la mesa de la cocina porque no para de entrar gente a comer. Con los víveres y el personal que los prepara seguimos teniendo carencias. Y lo que es peor: las previsiones futuras hablan de cada vez más gente a comer, con más hambre, menos dientes y menos paciencia. Y el cemento es muy indigesto.

Miércoles 19 de diciembre | Una vuelta a los principios 

Las cámaras y los reporteros han recogido los trastos, han abandonado Huelva y han dejado atrás el fantasmagórico escenario del crimen de Laura Luelmo. Mantuvieron luego la llama del morbo la política que hacen con las tripas unos cuantos que reciben tratamiento de diputados. Al debate llega la calculadora sobre cuántos años debe pasar entre rejas el abyecto responsable del asesinato. En la sociedad prende el pasmo y la impotencia al ver que esto no hay quien lo embride. Miles de mujeres confiesan ya miedo y escuchar unos pasos detrás de ellas les provoca taquicardias. En Ourense la policía investiga ataques sexuales, alguno en el barrio de As Lagoas. Es muy complejo implantar medidas que surtan efectos inmediatos y la sociedad sigue empeñada en buscar una acción-reacción instantánea. La misma sociedad que, tal vez sin pretenderlo, amamantó a sus criaturas con valores totalmente erróneos, a monstruos descorazonados, a Saturnos que devoran a sus hijos. Sociedades que encarrilan a generaciones con valores cuestionables o sin ellos, huérfanas de valores y principios. Y nadie pregunta qué hemos hecho mal.

Jueves 20 de diciembre | Entre el discurso y el argumento

Una pista forestal sin arcén, sin luz pública (cuando hoy es de noche a las ocho de la mañana) y por donde apenas transitan coches, es el itinerario de 600 metros que proponen desde Educación a una familia de Fraguas (Ramirás) para que su hija de 12 años se desplace hasta la parada de Vilagarcía, ubicada en una zona aislada (y también sin luz) junto a la carretera OU-531, para coger el transporte escolar que la lleve al Instituto de Celanova". Así arranca la información de Laura Fernández en estas páginas. ¿El titular? "Ramirás: 600 metros hasta el bus escolar, sin luz y sin arcén". Las familias cuentan con el apoyo del Concello para reclamar que el transporte llegue hasta el rural. La burocracia administrativa engola la voz para dar explicaciones, el discurso oficial agrega que hay que final población, y tal.  La historia de la niña me parece el argumento de una novela de Charles Dickens.

Viernes 21 de diciembre | Ilusión y diálogo, pues faltaría más 

Nuevos dirigentes llegan al movimiento empresarial ourensano. Con la ilusión dicen traer también la maleta del diálogo. Bella palabra, ajada por su inapropiado uso. En tiempos como los actuales no significa más que claudicar. Mala cosa.

Sábado 22 de diciembre |  Es el inexorable paso del tiempo

Dice el Instituto Galego de Estatística que seis comarcas de la provincia perderán del 20 al 30% de sus vecinos a la vuelta de quince años. Viana do Bolo será la comarca más castigada por el suicidio demográfico que tenemos. Empieza Pazolandia el día 26. En unos años será para los abuelos. 

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