Lunes, 24 de abril | Llegaron y quedaron las autocaravanas
Faltaban unos días para que ardiese A Chavasqueira, saliesen los datos de visitantes y sacase pecho el Concello de Ourense porque mucha gente fue a la Oficina de Turismo para preguntar qué hay que ver aquí. La Semana Santa había acabado pero aún seguían apostadas al lado del viejo matadero unas cuantas caravanas disfrutando del gratis total y gozando de un lugar que no es para ellas. En realidad ese lugar no es para casi nada. Ya no es el lugar del sacrificio de los animales, ya no es el campo de la feria que fue (ahora es un lugar para un par de enchentas al mes), ya no es el maná termal, como aquel pan que alimentó a los israelitas durante cuarenta años vagando por el desierto. Por ser ya no es aquella bubete termal que alguien se inventó en la zona y que ahí sigue sin que de sus grifos hubiese manado una sola gota de agua ni para su inauguración. Ahí estaban las caravanas en un remedo de los carromatos o una evocación de La Diligencia, con aquel dipsómano médico, Josiah Boone, o Lucy Mallory, la esposa del capitán de caballería. Las caravanas campan y acampan donde han podido y les han dejado. Una ciudad que convoca cada vez más visitantes no debe darle con la puerta en las narices a este tipo de visitantes. Claro, no se le puede decir que hace ya más de una década que se hizo un camping en un lugar inadecuado de Untes y que se gestionó de manera torpe hasta que se colgó el cartel de cerrado por ineptitud.
Martes, 25 de abril | Unas lágrimas al lado de cuatro risas
El martes el periódico le sostenía la mirada al primero de los debates, periclitado a las pocas horas. Hoy toca votar, por lo tanto de aquel empacho sufrido en dos días apenas queda una molestia aerofagia. En lo alto de la portada de ese día, al lado de los dientes relucientes de las sonrisas de los cuatro aspirantes a presidirnos, una mujer trataba de enjugar las lágrimas. "Yo no soy capaz de perdonarles, que lo haga Dios allá arriba", decía Paula, la madre del rumano asesinado en el llamado crimen de A Esmorga, juzgado estos días. Mientras los Sánchez, Rivera, Iglesias y Casado prometían medir en prisiones permanentes revisables en la tele el alcance del dolor. La dignidad de los perdedores es infinitamente más grande que los oropeles de los engreídos. Paula sustrae a la justicia la capacidad de discernir entre culpabilidad o inocencia. Esas funciones se las encarga a Dios. Ella no perdona, no es capaz. Masca su soledad y tal vez cite a Frida Kahlo: "Hay que seguir como si nada, como si nadie, como si nunca".
Miércoles, 24 de abril | Al menos cuatro años siendo un “usted"
Vote usted hoy el primer plato del menú que cocinará un segundo el 26 de mayo. El periódico esperó el cierre del plazo para presentar candidaturas y decirnos que una arribazón de 16 listas se presentan en la ciudad. En la variedad está el gusto, dice el refrán. "Pasen, pasen al interior que desde el escaparate no se ve toda la maravillosa mercancía que tenemos", decía un histórico comerciante ourensano exhortando a los pasmados clientes a que dejasen de mirar por el cristal y entrasen. Pasen, pasen y vean la jauja electoral, la plétora de soluciones de los probos aspirantes a concejales. Reparen en la abundante nómina de responsabilizados ciudadanos que de repente toman unas siglas por escudo y salen al campo de batalla para el procomún. Quien ante semejante movilización es el malpensado que sospecha que van a preguntar por lo suyo. Quince candidaturas para entrar en una corporación de 27 criaturas. Pueden haber muchas formas de explicar semejante inflación de aspirantes a concejal, pero me quedo con dos. Una: tan mal lo han hecho los que están que se han abierto las puertas de vestuarios para que salga un tropel de suplentes para enmendar la tropelía . Dos: han observado que el nivel es tan bajo y tan exigua la responsabilidad exigida que se han animado a probar suerte, en la completa seguridad de que, por my mal que les vaya, al menos pasarán cuatro años con el tratamiento de señor o señora concejal o concejala. Algo que, en algún caso, es toda una aspiración.
Jueves, 25 de abril | Llamas peores que las de A Chavasqueira
Ardió A Chavasqueira, un centro termal de inspiración oriental al que de forma pretenciosa hemos presentado estos días como símbolo de Ourense o de su termalismo. Cualquiera de las dos cosas es muy llamativa: creo que la ciudad tiene (y es reconocida por ello) otros símbolos y si es una referencia balnearia el hecho no hace más que acentuar nuestra escasa capacidad de generar instalaciones de más empaque. Ardió A Chavasqueira, en todo caso, y con ello metemos más sustraendos y minuendos a nuestra resta. Ya no había mucho y ahora queda menos. La salida en tromba a prometer su reconstrucción forma parte de lo esperado, del atrezzo institucional de las grandes o pequeñas tragedias. Procede ir al lugar de los hechos, siempre con fotógrafo porque la solidaridad o el compromiso con la pérdida no es importante si queda en el anonimato. Ardió A Chavasqueira, que no Roma en el año 64 ni Londres en 1666. Se fue con A Chavasqueira un espacio inaugurado e el año 2001, al que sucedió el de Outariz unos años después. Desde entonces no se ha hecho absolutamente nada nuevo, nada mejor en la ciudad. Y eso es lo que quema, tanto como las llamas de A Chavasqueira.
Viernes, 26 de abril | Más allá de unas puntuales elecciones
La EPA fue el epílogo del debate electoral. En Ourense las cifras del empleo menguan y las ideas parecen irse al andén, a despedirse. Hoy hay elecciones generales, pero las soluciones aquí ya trascienden a esta eventualidad.
Sábado, 27 de abril | Calderilla para espabilar
De la reflexión del sábado (vestigio de una ley electoral anacrónica en algunos preceptos) a la acción electoral de hoy. Y aquí una frase de Henry Ford: "Si tú crees que puedes, puedes. Si tú crees que no puedes, no puedes. Tanto en una cosa como en la otra estás en lo cierto". n
