Opinión

Sigue imparable la cuenta atrás

A Miguel Arias Cañete le pusieron a firmar una carta en la que tenía que justificar por qué Ourense recibirá menos fondos del Plan Leader de la Unión Europea, que nuevamente beneficiarán a la franja atlántica en detrimento del interior. El ministro, candidato a las europeas por el PP y futuro comisario en la Comisión Europea, enviaba la misiva a Laura Seara, diputada socialista por Ourense. Con el lenguaje cansino del que no le apetece explicarse Cañete justificó la tijera con vocablos como "procedimiento reglamentado", "rediseñar las medidas", "reprogramación de las medidas financieras" e "implementación de la medida de cooperación". Hasta hace unas décadas los curas (siguiendo el Concilio de Trento del XVI) decían misa en latín y de espaldas a los feligreses, que no entendían nada, pero abarrotaban el templo igual. Cañete parte aquí con ventaja: sabe que no se le entiende, pero seguirá teniendo parroquia y muchos parroquianos.


Los ciudadanos ni se toman la molestia
La foto de portada del martes recoge un momento en el que el alcalde de Ourense, su antecesor, la concejala de Urbanismo y sus abogados van camino del juzgado para dar explicaciones ante el juez sobre los contratos de las asistencias técnicas. En la imagen están a punto de atravesar la calle por un paso de peatones, como The Beatles por Abbey Road, camino de la sede judicial. Para prevenir eventuales tumultos se habían tomado medidas a la puerta. Se colocarían unas vallas para garantizar el acceso de los imputados al Pazo de Xustiza evitando así ser zarandeados por exaltados que les afearían la conducta. Sin embargo, nada de eso ocurrió porque no apareció nadie por el lugar. Esa es la conclusión determinante, más allá de lo declarado (justificado) ante el juez. Primero, el que pidió protección policial sospechó que el caso comportaba de por sí tal gravedad que llevaría a grupos de ciudadanos a hacerles pasar las de Caín y, segundo, la ausencia de tumultos evidencia que los ciudadanos tienen más cosas que hacer que atrincherarse.


nos ponen fecha de caducidad
Esta provincia no se lleva bien con los números. Escasa inversión, alto paro, bajos sueldos y pensiones y desbordante emigración. La Región detallaba el miércoles las últimas cifras del INE, alguna de ellas especialmente dolorosa como que en 72 años Ourense quedará totalmente despoblada. Este no es un problema, es el problema porque en diez años hemos despedido a 15.000 jóvenes. Como lluvia fina ha calado la idea fuerza de que "aquí no hay nada, aquí no queda nadie" y vamos camino de eso. Cuando en los años 60 se trazó el Plan de Accesos a Galicia se hizo para mejorar las comunicaciones pero el progreso no se aceleró. En 1965 se tomó la decisión de crear el polígono de San Cibrao pero esta no es una provincia industrial. En los 80 se creó la Universidad de Vigo, pero no nos hace excelentes. En los 90 vinieron las autovías pero tampoco atraemos nuevos pobladores. Por la misma fecha se abrió el Parque Tecnológico, pero le falta un empuje. Andamos a vueltas con lo del AVE pero no sé si vale para marcharse en vez de para venir. Y ahora nos cuentan que el termalismo "pode ser o freo para a despoboación", según José Manuel Baltar. Creo que la solución será mucho más compleja, lamentablemente. Y, desde luego, menos superficial.

deslices de un geógrafo y político
En este país se abrieron decenas de pleitos por un "quen me moveu o marco da leira". Y eso debería saberlo Xosé Somoza Medina, portavoz del BNG en el Concello de Ourense. Es más, estoy seguro que está al corriente de ello. Somoza tiene una sólida formación que proviene de su titulación universitaria en el área de Geografía. Por cierto, muy recomendable la lectura de su trabajo titulado "Urbanismo y crecimiento actual en Ourense", escrito en el año 2002 como miembro del departamento de Geografía de la Universidad de León y publicado en Ería, revista cuatrimestral de geografía. El texto revela estudio y conocimientos sobre la realidad de la ciudad desde el punto de vista urbanístico y de sus posibilidades de desarrollo. Es el mismo Xosé Somoza que el jueves se iba al titular por "lograr eludir un aval para construir (su casa) en Oira". Lejos de prejuzgarle porque el asunto aún tiene recorrido, el portavoz del BNG pudo haber evitado el sonrojo. Y lo sabe, tanto como político como estudioso del tejido socioeconómico de la malla urbana.

cómo cambia el tiempo en cada calle
El martes a media tarde en la calle Concordia se alcanzaron los 80 grados, pero eso no es nada porque metros más allá, en la Alameda, el descenso térmico era tan brutal que se llegaba a los diez grados. Incluso a las 19:00 en la calle Curros Enríquez ya eran las 20:27. Efectivamente, como aclaraba una información del periódico, los paneles que marcan en la calle hora y temperatura llevan un tiempo averiados provocando alguna chanza y sonrojo. Los soportes no se han renovado en 20 años y han dicho basta.
El caso no tendría más trascendencia si no fuese un ejemplo más de la dejadez por arreglar lo que está ante las narices. Un Concello que es incapaz de poner un reloj en hora jamás podrá ser puntual en sus compromisos ante sus ciudadanos, salvo para exigirle el pago de impuestos.

la pereza de las listas de espera
De poco importa que la estadística diga que vivimos seguros si usted lee la noticia mientras pone una denuncia porque ha entrado en el porcentaje de los que sufren los efectos de la delincuencia. No le valdrá de mucho que el Sergas diga que las listas de espera mejoran (siempre lo hacen cuando mandan los que mandan) si usted está en espera de consulta o cirugía. Los gestores sanitarios han encontrado en las estadísticas un poder justificativo que casa mal con lo que le importa al usuario, que no es otra cosa que ser atendido pronto y bien. Luego ya dirá la estadística lo que convenga a los políticos.n

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