Opinión

Augurios europeos

Mariano Rajoy afirmó, como uno de sus valores ante el evanescente Zapatero, que él era alguien "previsible". Luego sus silencios, que ponen de los nervios a todos menos a él, desatan anticipados e interesados rumores que, cuando no se cumplen, llevan a la impresión de cambios de parecer o de dudas resultas en el último segundo del presidente que parecen contradecir su afirmación.

Ahora andamos los periodistas intentando descifrar sus intenciones sobre la candidatura a las elecciones europeas y si hará o no cambios en el Gobierno derivadas de esos movimientos. Lo cierto y verdad es que nuestras cábalas, al igual que las de muchos en el PP, ministros incluidos, no tienen otra base que la especulación. Se ha dado casi por seguro que Miguel Arias Cañete sería cabeza de lista. Y puede serlo, pero eso lo sabe Rajoy y quizás, o quizás no, puede que lo sepa el propio Miguel. Lo mismo sucede con el "rumor Guindos" también rumbo a Europa y su sustitución por Álvaro Nadal. Pues que tiene su posible lógica pero que de certezas no hay nada.

Sin embargo y atendiendo a esa "previsibilidad" del presidente y como hay que entrar en los pronósticos o, tal vez mejor dicho, en los augurios y ante la necesidad evidente de que el PP tiene que poner como número uno de su lista y, además bien flanqueado después, a una personalidad con potencia y arrastre electoral y que además sepa de lo que se cuece y como cocinar en Bruselas, pues en efecto si hay dos que de esos guisos saben, y que les han salido además bien, son Arias Cañete y Luis de Guindos que por allí se mueven con soltura y que han recuperado, esto es innegable, un puesto de relevancia para España que habíamos perdido. En Moncloa y en Génova existe, y de esto sí hay constancia personal, preocupación por unas elecciones que no tienen perdidas pero que pueden perder.

La ida hacia Europa de estos ministros y alguna más que pudiera emprender el mismo camino, haría inevitable el tocar el Ejecutivo. Y creo que así será, aunque mi barrunto es que no producirá un gran corrimiento de tierras. Rajoy ha manifestado incluso que su voluntad es continuar con los mismos o casi hasta el final de legislatura, aunque haya quienes se atreven a aconsejarle que no sería mal momento para soltar lastre, que con alguno y bien pesado, carga. Y plantear con caras nuevas y más positivas el tramo final de su primer mandato para intentar trasmitir mejor la imagen de recuperación y que pueda haber un segundo. La hipótesis de salidas de Wert, Gallardón, Ana Mato, Fernández Díaz se baraja en este y aquel cenáculo de los sempiternos "cocidos madrileños" donde todos dicen saber y la realidad es que con Rajoy se sabe poco, por no tener que confesar que no se sabe apenas nada. Y hasta el apenas es mucho.

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