Don José Luis ha dejado tranquilas a las garzas de Doñana y se ha venido a Moncloa un ratito a hablar de economía. Parece que hayamos tenido que esperar a la Virgen de Agosto, que se aparece el día 15 en todos los pueblos de España, para que se haga el milagro y ZP se ilumine y anuncie que sí, que estamos en crisis. Los seres inferiores, en nuestra tiniebla, ya estábamos en ella desde hace meses y ahí seguimos atravesando arenas movedizas.
Ocho ministros y el jefe se reunieron el día 13, y el 14 anunciaron 24 medidas. Al Gobierno lo que le gusta, más que a Zapatero las garzas, es contarlas: 24 medias contra la crisis, 48 contra el paro, 96 contra el hambre en el mundo, 192 contra la violencia de género y 386 a favor de la Alianza Civilizaciones. A los fontaneros les gustan los números pares porque se multiplica mejor y más redondo. Dice la oposición: Esto anda mal, señor Zapatero. Respuesta inmediata: Hemos aprobado 38 medidas. Asunto resuelto. A ver qué puede una cosa solita contra 38 medidas. Rendirse, claro.
Lo que pasa es que la crisis no se rinde, la cabrona. ZP dice que sí, pero que luego. Que en el 2010 saca bandera blanca y se entrega cautiva y desarmada al bondadoso ejército progre, al Gran Hermano que bombardea con sonrisas. Se rendirá o no, pero las medidas de Zapatero se parecen cada vez más a los moros de Queipo de Llano. 24, 48, 96, 192, 386... ¿No van a ser los mismos y las mismas dando vueltas? Sí que coló una vez. O dos. A Queipo en Sevilla y a ZP-Solbes en las elecciones. Pero el personal ya está un poco mosqueado y uno ya los ha visto pasar en la camioneta del telediario por lo menos unas 56 veces. Y ya no sólo es que me suene el turbante o la capa. Es que ya los conocemos de cara.
Las 24 medidas anunciadas la víspera del milagro de la Virgen ya las habíamos visto anunciadas 24 veces, por lo menos. Que la cosa va a ir tirando a negra lo que queda de año y al que viene no hace falta que nos los diga Zapatero. Que en el 2010, por no se sabe qué magia, la bicha se rinde y se entrega eso es lo que a estas alturas nos cuesta mucho, muchísimo, creernos. ¿Por qué vamos a creer esto si nos han ocultado la evidencia y nos han engañado, o no han dado pie con bola, en lo otro? A los moros de ZP se les ha visto ya demasiado el turbante.
