Opinión

Una gran oportunidad

El ciudadano debe constituirse en el eje central de la Administración de Justicia; por ello, uno de los principales retos que ésta debe asumir es constituirse en un servicio público de calidad, apreciado por los usuarios y la sociedad en general y capaz de dar desde el derecho una respuesta a sus problemas. Al margen de la necesidad de acometer importantes reformas legislativas, que como comprenderán exceden de nuestro ámbito de actuación, sí que se encuentra en nuestra mano implementar mejoras que faciliten la prestación del servicio en calidad, eficiencia y utilidad cara al ciudadano. 

El nuevo edificio judicial constituye un eje fundamental en el cumplimiento de esos propósitos. En primer lugar, va a facilitar el trabajo de los profesionales que interactúan en la Justicia: jueces, fiscales, funcionarios, abogados, procuradores, unificando en un único espacio a la totalidad de los juzgados, hoy dispersos en tres edificios distintos. Al duplicar el número de salas de vista permitirá incrementar el número de juicios a celebrar por los Juzgados, eliminando los problemas de compatibilidad de salas. Se refuerza la seguridad de los usuarios del edificio, al eliminar los problemas de circulación de detenidos y presos por su interior, dignificando a la personas de los detenidos que ya no accederán al edificio por la puerta principal. 

En nuestro propósito está convertir estas nuevas instalaciones en un espacio de fácil acceso para el ciudadano, identificable a primera vista en sus servicios, cómodo para quienes acuden a juicio, reservado para quienes sufren malos tratos, y útil para todos, en cuanto nos permitirá incrementar sucesivamente el número de Juzgados e incorporar todas aquellas reformas tecnológicas que hagan de la Justicia un servicio moderno. 

La Administración de Justicia en la ciudad conservará la actual sede de los Juzgados, destinada a partir de ahora en exclusiva a la Audiencia Provincial y Fiscalía. Sucesivas reformas le permitirán también convertirse en un espacio distinto, sobrio en el cumplimiento de su función de Juzgar, pero moderno en servicios y prestaciones. Esperamos que todos estos cambios, fruto del notable esfuerzo de las administraciones implicadas, repercutan en el ciudadano, ya no tanto en la respuesta que espera de la Administración de Justicia, como en la forma en que ésta se produzca.

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