Opinión

Una fusión en ciernes

Podría ser que, a la vuelta del verano, La 2 y el Canal Cultural nos sorprendieran con una fusión. Curándonos en salud, nos apresuramos a ver la botella medio llena.

A primera vista, podría parecer que perdemos un canal. Pero para qué queremos dos señales débiles, testimoniales, descafeinadas, que no encuentran su público. Para qué queremos que La 2 se llene con los retales del archivo, con horas y horas que no van a ninguna parte. Mejor será, digo yo, una señal unificada con una oferta potente.

La 2 tiene pendiente una nueva imagen que seduzca, en consonancia con esta nueva etapa de televisión sin publicidad. La nueva producción propia que acoge el Canal Cultural es precisamente lo que está necesitando. Formatos especializados y nuevas temáticas. Normalmente las críticas aluden a programas, a cadenas, a formatos, a programadores. Rara vez a los espectadores. En esta ocasión, no estaría de más dar un tirón de orejas a ese tipo de público al que van dirigidos los productos que se pueden disfrutar en La 2 y en el Canal Cultural. Un tipo de espectador formado e informado, que lee y navega en la red, pero no consume televisión. Ese y no otro es el gran problema al que se enfrentan estos dos canales, por separado o unificados. Mi consejo a esos espectadores perdidos es que vuelvan a intentarlo, que curioseen un poco. Podrían sorprenderse muy favorablemente.

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