José Luis Cuerda lo consiguió. Amanece que no es poco batió un récord de espectadores considerable en su emisión del viernes por la noche, provocando algo tan impensable como que La 2 rebasase el 7% de cuota de pantalla, que vale, de acuerdo, puede que no sea una cifra como para lanzar cohetes en otras latitudes, pero que en una cadena tan desacostumbrada a pasar del 4 o del 5 en su prime time supone motivo de celebración. Y titular noticiable.
El éxito de Amanece que no es poco propició que el gobierno de Castilla-La Mancha montase una ruta turística en los luga res donde fue rodada, con motivo del vigésimo aniversario de su estreno. Volviendo a verla, se hacía imposible no asociarla con Muchachada nui, y a sus hacedores como vigentes seguidores del tipo de humor manchego ahí apuntado.
La inquietud del título viene a cuento de que esta semana tocaba Luz silenciosa, de Carlos Reygadas. En las antípodas de Amanece que no es poco. Una historia hermética, un metraje muy largo, un ritmo de esos que eufemísticamente llamamos lento, y una trama que se ambienta en la extraña comunidad de los menonitas. Digo tocaba porque ha sido sustituida, con la excusa de que ese día Versión española pasa a La Primera. El interrogante gira en torno a lo que va a ocurrir cuando el programa, como parece va a suceder a partir de enero, pase definitivamente a esta cadena. Sin películas como Luz silenciosa, qué duda cabe que sus objetivos y sus contenidos se van a desnaturalizar. Y nada hay más opuesto a la filosofía de programación que tratar de adornar a una cadena como TVE 1 con la emisión de películas como la de Reygadas, ya difíciles de ver en La 2. Permanecemos atentos a la pantalla.
