Opinión

Miradas

Antonio Parra, ex director de ‘Miradas 2’, le comentaba a Carlos del Amor en el callejón de sus medianoches: ‘Lo deseable sería que los espectadores pudieran estar informados de las andanzas de los artistas y la gente de la cultura tanto como lo está de los futbolistas’. Evidentemente los deseos de Parra son utópicos, pero cuando en el mes de octubre de 2004 emprendieron la aventura contribuyeron con su granito de arena a hacerlos posible.


Esta semana el programa ha celebrado su quinto cumpleaños, y con este motivo invitó a sus creadores, Antonio y Georgina Cisquella, a recordar los tiempos fundacionales. Lo primero que costaba asumir, viéndoles en el callejón de ‘Tras la 2’, y en las mesas de los compañeros que hacen a fecha ‘Miradas 2’, es que este par de profesionales estén en situación de prejubilados. Uno no se explica cómo se puede prescindir de dos periodistas comprometidos, con un bagaje importante pero en un momento de plenitud de sus carreras, por cuestiones meramente administrativas. Una situación que chirría mucho más en la medida en que hablamos del mundo de la creación y el arte, que nada debiera saber de docu mentos nacionales de identidad ni de letras del NIF.


Paradojas aparte, los herederos del programa, Marta Rodríguez, César Vallejo y Antonio Gárate, lo hacen muy bien y lo hacen con ganas. Y si algo queda claro es que la discusión sobre el horario de emisión es obsoleta. Cualquiera puede ver ‘Miradas 2’ por la red a la hora que le convenga. Como muy bien dijo Álex de la Iglesia, ‘bienvenida sea la publicidad blanca que se nos hace, y publicidad blanca es toda aquella que promocione nuestra obra en programas’. Empieza el sexto año de ‘Miradas’. Adelante el programa número 605.



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