Opinión

Política cultural

El pasado martes Gerardo Vera convocó a los medios para presentar el paquete de la nueva programación del Centro Dramático Nacional. Y digo bien: nacional. Porque los montajes que programan el María Guerrero y el Valle Inclán, y sus respectivas salas pequeñas, constituyen para el aficionado madrileño o andaluz, gallego o catalán, una especie de plaza Mayor en donde vivir, desde septiembre a mayo, una fiesta teatral continua.


¿Cómo recibieron los medios esta programación? Abrí las páginas de Cultura de las cabeceras nacionales del miércoles temiendo lo peor. Y mis sospechas se ratificaron. ?El País? decidió relegar el texto de Rosana Torres a su edición local, por lo la edición impresa fuera de esta comunidad ignoró la buena nueva del CDN. ?Público? informó a dos columnas, con un titular que aludía a la recesión, no al teatro. ?ABC? remitía directamente a su edición digital. Miguel Ayanz, menos mal, sí pudo informar en ?La Razón?. Y en ?La Vanguardia?, desde Barcelona, ni mentar el asunto.


La política cultural, esto es, las polémicas por las leyes, los decretos, las normativas, se han adueñado de las páginas de Cultura al tiempo que la cultura propiamente dicha, y la crítica, se apea de ellas. ¿Qué está pasando en el periodismo cultural para que las cosas se estén haciendo tan mal?

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