Opinión

Chapuzas bien pagadas

La clave está en ganar el concurso y amarrar el contrato. Ya vendrán luego la prolongación de los plazos y las peleas por justificar los incrementos presupuestarios. Demasiadas veces ocurre que las obras públicas acaban con dilaciones en la entrega, sobrecostes económicos y mermas en la calidad. Así se desarrollan la inmensa mayoría de los proyectos. No es necesario que tengan la complejidad de la ampliación del canal de Panamá. Por errores de cálculo, por imprevisiones y por la ausencia de los controles necesarios sobre la ejecución de las obras y el resultado final. La Administración recibe ("recepciona" se dice en el argot) lo que encarga con excesiva alegría y acostumbra a despreocuparse de la reclamación de daños. Inauguramos chapuzas y luego las pagamos dos veces. Antes creíamos que esas cosas, como eran de todos, no las pagaba nadie. La crisis nos ha enseñado que ahora todos estamos pagando despilfarros como estos que han ido arruinando las arcas públicas.

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