Opinión

LA CORDURA DEL CIUDADANO

Hablaba ayer del circo en que se ha convertido la política ourensana. Me preguntaba cuál sería el más difícil todavía que veríamos al día siguiente. Ya lo hemos visto. Hoy, seguro, volverán da darle una vuelta de tuerca. Nuestros representantes públicos han decidido que no cese el redoble de tambores. Las guerras intestinas del socialismo mantienen el grupo de gobierno de la ciudad en un nivel de estrés insoportable. El olor de la sangre ha despertado en la oposición un apetito voraz. La histeria se ha contagiado. El respeto institucional ha volado por los aires. Los concejales operan con la visceralidad de una hinchada. Mensajes precipitados, escraches, encierros... Todo vale, con el objetivo de fomentar el ruido y la confusión, de reventar la paz ciudadana. Menos mal que los ciudadanos mantienen la cordura.

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