Opinión

Cuando rugen los motores

Un año más, y van 47, aquella iniciativa de Lalao Reverter -uno de esos ourensanos que invirtieron su talento en casa en lugar de llevárselo fuera- ha demostrado que la potencia de los motores es capaz de impulsar muchas cosas más además de unos cuantos vehículos sobre cuatro ruedas. El Rally de Ourense va camino de las bodas de oro con una salud envidiable. El duro trabajo de los primeros años, ahora visible también en el museo dedicado a la memoria del impulsor de la prueba, ha dado sus frutos, demostrando que la insistencia y el no desanimarse ante las adversidades tienen su recompensa. Ver la carreteras donde se celebra la prueba llenas de aficionados y la hostelería de la ciudad echando más humo que los tubos de escape merece, cuando menos, un par de reflexiones que se podrían resumir en una: ¡Cuánto que aprender tienen algunos!

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