Opinión

Mal día para coronarse

Mal día para empezar a reinar. Felipe VI se subió ayer al trono de un país destronado. Sin pan ni circo ni consuelo. La selección de fútbol pisoteó hasta la muerte los brotes verdes que los españoles divisaban en Maracaná. Se acabaron las catarsis colectivas que se festejaban en los bares del barrio con cada cita de España. Se acabó el sueño de la segunda estrella para un país que miraba a los demás desde el cielo. No habrá otro domingo de euforia multitudinaria. La economía española pierde un negocio estimado de 600 millones de euros con la eliminación de España de Brasil 2014. Si se pudieran cuantificar los daños anímicos, el perjuicio se multiplicaría por mil. Felipe VI se coronó el día que abdicaba una generación de héroes fugaces. Así es la vida. Y el fútbol. Unas veces se gana y otras no se ganda para disgustos. Menos mal que aún nos queda Nadal.

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