No, no era ese el mensaje. Queda claro que los políticos no pillan ni las indirectas ni las directas de la ciudadanía. PP y PSOE se han dejado millones de votos por el camino, pero su hoja de ruta no ha cambiado gran cosa. Si acaso, ha acelerado algunas crisis previsibles, pero poco más. El exponente más claro es hoy el PSOE, encerrado en sí mismo, obsesionado más que nunca en la toma del poder interno. La democracia en un partido es siempre una guerra de guerrillas. Silenciosa en tiempos de paz; extremadamente violenta y ruidosa en las transiciones. El Los que mandan y los que aspiran se desafían en público, miden sus fuerzas con movientos bruscos, se descalifican, se ensañan. Vuelven a lo mismo que los ha llevado al vacío. No pillan el mensaje. Ni en Madrid ni en Ourense.
