Opinión

Un Ourense, dos salidas

Se consumen los días y las posibilidades de que el CD Ourense se salve, primero, del descenso inmediato de categoría y, segundo, de la desaparición. Para lo primero hacen falta 160.000 euros antes del lunes al mediodía; para lo segundo se requiere un millón. Todo se reduce a un problema de dinero contante y sonante y, por supuesto, a que a estas alturas, después de años agotando todos los créditos posibles en un modelo de gestión insostenible, no se vislumbra a nadie en el horizonte dispuesto a jugarse los cuartos por este Ourense que, con 62 años, pide la jubilación anticipada. La afición, como es habitual en el deporte, está dividida: entre los que buscan a a la desesperada una inyección de capital y los que ya sólo ven una salida; quitarle la respiración asistida a este club y refundar uno nuevo partiendo de cero. Nunca el CD Ourense se ha jugado tanto.

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