Opinión

La percepción del enfermo

Resulta reveladora la explicación del responsable de Urgencias del Complexo Hospitalario de Ourense sobre las quejas, con fotografías incluidas, trasladadas por familiares de los pacientes que el lunes esperaban atención en camillas aparcadas en los pasillos. "Cada persona percibe, mientras espera, que su propia urgencia requiere de atención", asevera y añade que la respuesta a la demanda fue "bastante buena", hasta el punto que mereció que diese la "enhorabuena al equipo". Seguro que el personal sanitario lo merecía. Tan seguro como que la sensación de los pacientes que vivieron "la situación de demanda elevada" fue de impotencia y, por momentos, probablemente de abandono. Y son realidades compatibles. La diferencia radica en que la percepción que de lo ocurrido tiene la Administración se mide en cálculos numéricos y la del enfermo, en oleadas de dolor.

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