No hay avances en el CD Ourense, salvo las novedades que lo sitúan cada vez más cerca de un abismo sin retorno. En lo deportivo: si no abona antes del lunes los 160.000 euros que debe a los jugadores, estará administrativamente descendido de categoría. Sería el menor de sus problemas. En lo económico: la Agencia Tributaria ha bloqueado, mediante notificaciones de embargo, cualquier posibilidad de ingreso de dinero en las arcas del club. No es grave, ¡para lo que hay que ingresar! En lo fundamental: la única solución que han encontrado quienes intentan a la desesperada salvar al Ourense consiste en esperar que la Diputación y el Concello pongan la pasta o, en su defecto, a alguien que ponga la pasta.
