Opinión

La cultura también genera

Vaya por delante que ni el fútbol, ni el deporte en general, forman parte de mis preferencias, pero como buena ciudadana que paga sus impuestos regularmente, acepto que parte de ese dinero se destine a subvencionar, apoyar u organizar eventos deportivos o competiciones de carácter similar. Aceptar, desde luego, no es lo mismo, que compartir o que aprobar. Aún con la casi total ausencia de público en las gradas de algunos campos, con deudas millonarias e impagos de impuestos, con gastos astronómicos en programar eventos deportivos que nunca llegarán a ser una realidad, acepto resignada ese peaje, y no descalifico, insulto o desprecio a quienes trabajan, disfrutan, o se benefician de cualquier manera con estos eventos. A cambio, me gustaría tan sólo, que cuando se trate de cultura, en mayúsculas y en general, también se tuviera la misma aceptación. Resulta muy cansado para todo el entorno cultural, para quienes crean y para quienes disfrutan, justificar permanentemente su existencia, su derecho a estar y su necesidad de existir. El director de la Miteu ha presentado en esta ocasión un presupuesto desmenuzado para mostrar, o demostrar, que los eventos culturales también generan riqueza, la del dinero, la única que algunos parecen comprender y considerar válida; y la otra, la que muchos nunca sabrán lo que es o lo que significa para vivir. La cultura no es como desde muchos púlpitos se quiere vender cosa de unos desarrapados, pordioseros que sólo buscan que les regalen dinero, porque son unos vagos que nada saben hacer. No, se trata de algo mucho más complejo. Y guste o no guste es una industria que genera empleo, que mueve a personas, y que repercute en los negocios que tiene alrededor. Pero aquí las cuentas se remiran con lupa, buscando y rebuscando fracasos o pérdidas, porque los éxitos se apartan. Si la pérdida de 37,8 millones de euros para intentar traer a Madrid las Olimpiadas en 2016 se hubiese producido con la posibilidad de un encuentro, pongamos, mundial de cultura, creo que muchos hubiesen ardido en demasiadas hogueras. Pero si sobrevivimos durante siglos, malo será.

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