Opinión

El jardinero de Rajoy que pagamos todos

El día que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa tuvo que asumir la dura tarea de repartir cargos entre todos los amigos que lo acompañaron durante una travesía fatigosa en la oposición. Y entre sus más allegados, una de las personas que le acercaban el botijo en días de sol y le sujetaban el paraguas en tardes de tormenta, estaba el ferrolano Arsenio Fernández de Mesa, célebre por sus meteduras de pata desde el puesto de delegado del Gobierno en Galicia durante la catástrofe del 'Prestige'. Vestido con americana de botones dorados a la manera de capitán de la marina mercante, Fernández de Mesa se elevó a los altares de la hilaridad en unas ruedas de prensa tan erráticas como el rumbo del petrolero. "Probablemente el fuel no toque la costa gallega"; "el destino del fuel en el fondo del mar es convertirse en adoquín"; "hay una cifra clara, y es que la cantidad que se ha vertido no se sabe", dijo con voz grave y gesto adusto. La historia tendría su gracia si no fuese porque el 'Prestige' acabó derivando en la mayor catástrofe ecológica de Galicia.


Tras refugiarse en el Congreso para lograr que el tiempo se llevase el chapapote y sus salidas de tono, el PP regresó al Gobierno y Fernández de Mesa seguía escoltando a Mariano Rajoy.


“Arsenio es un ineficaz, pero es como un hijo tonto de Mariano y algo le tenía que dar. Menos mal que no le pidió ser ministro. Mal tienen que venir las cosas para que en la Guardia Civil pase algo que sea noticia, y va el tipo y también la prepara”, comenta una persona que conoce bien a Rajoy.


Fernández de Mesa acaba de volver a liarla parda. Se apresuró a proclamar en varios medios de comunicación que la Guardia Civil no había utilizado bolas de goma en el fatídico suceso con los inmigrantes de Ceuta que acabó con la muerte de 15 personas y días después fue desmentido por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz.


La oposición ha pedido la dimisión del ministro y la de Arsenio Fernández de Mesa, “el engominado del banderín”, como le llamaban por exigir a su chófer que colocase las banderas a ambos lados del coche oficial de delegado del Gobierno como se hacía en tiempos de Franco y ahora sólo lo hace el rey Juan Carlos. En su Ferrol natal también se recuerda que le gustaba pasar con sus amigos pijos por el cuartel de la Guardia Civil para que el agente de turno le diese el parte de novedades bajo el amparo de la Concejalía de Seguridad del Concello.


Nada más ser nombrado director general de la Guardia Civil, asociaciones de militares como el Colectivo Alborán airearon que su currículo estaba engordado con mentiras y denunciaron que la preparación demostrada no le permitiría optar a ingresar en el cuerpo, aunque por cosas de la política sí puede dirigirlo. Arsenio Fernández de Mesa y Díaz del Río (Ferrol, 1955) es funcionario del Estado en la Junta del Puerto de Ferrol desde el año 1979, donde ingresó como de oficial segunda administrativo (Grupo D), en funciones de auxiliar de jardinería, encontrándose actualmente “en situación de servicios especiales”, como se ocupa de remarcar. Cuentan que su padre, ingeniero técnico de obras públicas, allanó el camino de su vástago, conocido ultraderechista en sus tiempos mozos, para conseguir la plaza. 'Cuco', como le llaman sus amigos, también fue representante comercial de una empresa de pinturas británicas y cada curso de formación lo añadió al currículo como una diplomatura, aunque también es cierto que al final le entregaban un diploma por su aprendizaje en pintura y revestimientos, aunque sin valor académico. Fernández de Mesa también exhibe en el capítulo de formación que es diplomado en Altos Estudios Militares por el Centro Superior de Estudios de la Defensa (Ceseden), aunque se trata de unos cursillos que el Ejército propina a los políticos con desconocimientos en la materia para que no hagan el ridículo.


Tras alistarse primero en AP y luego en el PP, 'Cuco' lleva casi toda su trayectoria profesional ganándose la vida “en situación de servicios especiales” de la política, bien sea desde el Concello de Ferrol, la Delegación del Gobierno en Galicia, el Congreso de los Diputados o ahora la Dirección General de la Guardia Civil.


Cuentan personas cercanas a Mariano Rajoy que es difícil que destituya a Fernández de Mesa, aunque también estaría bien que lo contratase como secretario personal pagándole la soldada de su bolsillo en vez de hacerlo con el dinero de todos en responsabilidades que le quedan varias tallas grandes al “engominado del banderín”. Y por si fuera poco, ahora a 'Cuco' también se le relaciona con la red Gürtel, al alojarse de invitado tres noches en un lujoso hotel madrileño. Intentará taparlo para seguir anclado en la silla porque es mejor meterse en un jardín y continuar viviendo de la política que volver a la plaza de jardinero, el jardinero de Rajoy que pagamos todos.

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