Opinión

Nos reímos sin parar

Estaba yo preocupada por eso de la abdicación y la coronación. En realidad sólo por la abdicación. Porque ahora ¿dónde íbamos a encontrar un jefe de estado así de campechano, de simpático, de esos que cogen una moto se plantan en el chigre de la esquina y a charletear con los paisanos? Porque era así, no? Era un rey que escuchaba al pueblo y que incluso pedía perdón si el chiste era malo. El caso es que cuando ya estaba resignada a perder en las alturas patrias del poder a alguien tan cercano a nosotros, salen a escena algunos ministros y me vuelve la fe en esta sencilla clase política que nos ha tocado en suerte. ¿Quién puede dudar de la diplomacia y del saber estar de un ministro de Exteriores que ante un asunto como el de Cataluña, escupe aquello de "si se quiere llevar a mi mujer, como mínimo hablarlo"? Y lo imagino con el puro en la boca, la copa de anis en la mano y la carcajada sonora ante su propia ocurrencia ¿Y todavía no saben cómo solucionar el conflicto palestino-israelí? Qué desaprovechado está. Después llega ese ministro de justicia que no puede tener más poderes sobrenaturales, hasta sabe lo que sienten los fetos, pero en fin, ese es otro tema. ¿Que por qué indulta a un kamikaze? Porque si tienes un hijo puede emborracharse, tener un accidente y darse a la fuga. Entonces, ya has adelantado el trabajo, con un precedente . Qué miedo da pensar en el último indulto. Y como no hay dos sin tres, vale es cierto, aquí serían muchos más, pero hay que resumir. Ahí aparece ese iluminado ministro del Interior que demostrando que no hay toro que se le ponga por delante, concede una medalla a la Virgen, de esas de figura y manto. Y ahora un tribunal, como si no hubiera cosas más serias pero no más divinas, a deliberar, y la Virgen sin querer aparecer. Así que el nuevo rey estará más preparado y será más profesional, ni idea, aunque tiempo ha tenido, pero este gobierno ni en la noche de la comedia. Eso sí, joder, joden, pero, y lo que nos reímos? Ya lo decía Gila: " si no aguantas una broma, vete del país". Y ahí entra Fátima, la ministra: "aquí no se emigra, es movilidad exterior". Y es un reírse sin parar.

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