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Los corredores de seguros no son, como los caricaturizó en su día el Carrabouxo, los que corren de forma segura -con casco o sin él-, sino aquellos profesionales que se dedican al asesoramiento independiente y distribución de los contratos de seguros; o sea, unos profesionales del seguro. La Asociación gallega a la que pertenecen, entre otros, los ourensanos Felipe González, José Manuel González, Chicha Pardo, Orbe o Abella y Amor, denunciaron a 32 entidades financieras por considerar que imponen la contratación de seguros a sus clientes mediante fórmulas de coacción bajo amenaza de No a la hipoteca o que salga ésta más cara; y este caso de imposición está proscrito por la vigente Ley de Mediación. Toca pues esperar a saber qué piensa el Tribunal de la Competencia y la Justicia, que también estos días ha recibido querella criminal contra el director general de Seguros, un Lozano que a mí siempre me pareció verdadero lozano de adjetivo cuando coincidimos en ambientes profesionales del sector, por parte de una mutua que AMA más que nadie al profesional sanitario.


Pero si hemos hablado de corredores, Administración y compañías/mutuas, no nos queda otra que tocar la figura importantísima en misma rama económica, que son los que tasan y averiguan si hay verdad o mentira escondida en un siniestro. Peritos; que nada tienen que ver con Perito Moreno. Pues bien, a éstos los traigo en fotografía, en Asociación reunida cada año, no para celebrar Asamblea sino lo bien que se llevan, al margen de posibles disputas cuando son rivales en algún litigio, igualito que los abogados. Anticipándose a las papadas próximas de Navidad, se juntaron el pasado viernes, doce de los catorce que son, habiéndose justificado las dos ausencias por motivos particulares (bueno, en el caso de ella -única perito asociada- a lo mejor el motivo es por eso, por ser única en un mundo de machos). Ahí van los asistentes: Jacobo, Felipe Patiño, Prada, Jesús López, Francisco, Marcos, Manuel, Óscar, Leonardo Iglesias, Ricardo, Luis Alonso y el presidente que los convoca, Alberto López.


Planeta 51


Bajaba de A Peroxa, donde Aspanas convocó a medio Ourense con motivo de la inauguración de la Residencia de Gravemente Afectados, cuando, antes de llegar a Vilarchao, en una parcela al borde de la carretera me encontré este objeto. No sé si por sugestión del coincidente estreno de la película de animación española ‘Planet 51’, o de que cuando veo mucho poder cerca me proyecta hacia un mundo extraterrestre, el caso es que para mí lo que fotografié era un OVNI. Juzguen ustedes por la fotografía. Después, en la cena aniversario de la Asociación de Empresarios, volví a encontrarme a muchos de los mismos del gran poder que había visto antes y me imaginé la capacidad astral del movimiento, reiniciando mi pensamiento en el objeto extraño. Por cierto, tuve la suerte de tocarme una mesa cojonuda, entre profesores de empresariales como Marta de la Fuente Llamadas, Santiago Lago, Fraiz y Elisa Decana, el Jesús UNED, un Ángel economista y decano Arturo, con mucho Carlos y el secre del colegio de abogados, donde lo pasé fetén hasta que llegó el mago y se acabó el palique. Entonces, me marché a escrutar en el sueño si el OVNI era cierto o una coña marinera.


En un bar


Eran más de treinta hombres y ninguna mujer. A una hora ya sin luz del día. Reunidos en el bar en busca de placeres para los sentidos, donde oído y visión fuesen estimulados por el aparato, y olfato o gusto por quienes estaba cerca, pues todos muy juntos. Yo nunca he estado en un bar de gays. Tampoco fue el caso. No. Porque no eran treinta hombres solos donde no cupiera mujer, tal como en ambiente especial de aquellos, sino, simplemente, hombres viendo un partido de de fútbol, Barcelona-Real Madrid, este domingo. Sonido de televisión con gritos de afición en lugar de canción Macho Man de The Village People y una paleta de jamón diseccionándose de continuo para darle gusto a la peña del Rula, cumplían sobradamente el mismo deseo de apetencia de otros. Pero, al fin apareció una mujer, segundo tiempo, que sola entre todos se asemejaba en ese momento a sultán, pero al revés; Elisa de la Rúa acompañada de su marido, el indómito ex jugador del Atlético de Madrid que dejó el fútbol como quien suelta un abrigo a cero grados porque tiene calor, Carlos Seoane. Sólo diez minutos duró esa femenina presencia. Y por cierto, ya que hablo de apellido de la Rúa (Adolfo es presidente de la Escudería Ourense) y de fútbol (no hablaré del resultado por injusto, y soy culé), hay quien se mosqueó con Julio Bouzo por mezclar el éxito de la Escudería Ourense, de proclamarse campeona de España, con el propio Barça.



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