Opinión

Repensemos de verdad

Paremonos y pensemos. Pero que sea de verdad, tomándonos el tiempo que sea necesario, reflexionando, escuchando argumentos desde todas las direcciones, atentos a nuestro entorno y observando. A veces es bueno también tomar una pequeña distancia con las ideas propias que llevan ahí años y que nunca han sido revisitadas y por lo tanto puede que se hayan convertido en aguas estancadas o en polvo que se cae al menor soplido. Es bueno pensar y escuchar y aprender. Es bueno cuestionarse y cuestionar todo para encontrar la respuesta más acertada. Un profesor de química negaba las teorías que enseñaba el día anterior con total entrega y, tras las dudas de sus alumnos, clamaba como buen científico que nunca nada debemos dar por sabido, por mucho que lo diga un profesor, si no lo hemos analizado por nosotros mismos. Nada debemos dar por bueno o por cierto. Durante años de juventud se van incrustando unas idealizaciones que, de haber sido un poco más curiosos y analíticos, tal vez no hubieran llegado a suponer pequeñas decepciones en la madurez, haciéndonos creer que eso sucede porque ya somos viejos y hemos perdido la capacidad de la ilusión y de creer en los héroes y las heroínas. De vez en cuando tal vez sea necesario agitar nuestras ideas y convencimientos y repensar nuestros planteamientos, adivinando cómo y por qué llegaron ahí. Tal vez decidimos en un momento dado ignorar lo que Europa podía significar, pero tal vez ahora sea el momento de dar un paso al frente para analizar si todo sigue igual que entonces. ¿Y si no es así, nuestro planteamiento no debería variar también? Tal vez en otro momento pensamos que los exabruptos de nuestros políticos hasta podían tener su gracia, o cuando menos ser dignos de nuestra indiferencia. Pero tal y como estamos ahora, ¿podemos permitirnos dejarles pasar ni una sola salida de tono, venga de donde venga? Su gracia ya ha caducado, ahora debemos exigir profesionales que se tomen en serio su trabajo y que estén preparados para desarrollarlo. Si el mundo no es el mismo, si nosotros tampoco, porque vamos a tolerar los mismos comportamientos y los mismos discursos rancios en personas que presumen de ser siempre igual. Cuidado, esos no son de fiar.

Te puede interesar