Se trata de personas (sacerdotes del mazdeismo, astrológico), procedentes quizá de Persia o Mesopotamia. Los cita, San Lucas que pone más atención en los pastores, y los apócrifos que ofrecen algunos detalles. Lo cierto es que alcanzaron una gran popularidad en la tradición cristiana. Hombres sabios, expertos quizá en astronomía que conocían las estrellas. Ahora bien la estrella nueva es supernova que dirigían los astro físicos -se cuestiona, lo que si permanece es la teología de la misma, según Jean-Paul Roux en su famoso libro Jesús de Nazaret-, es que la Epifanía de la luz que resplandecía y los guiaba porque habían preferido la luz de la iluminación a la del conocimiento racional, y ella los había llevado hasta Dios.
Sigue comentando el autor citado (ex-director del Centro nacional de Investigaciones Científicas de París y profesor del Louvre e historiador de las religiones), que la astrología en aquel tiempo, sobre todo en Mesopotamia y Próximo Oriente, era todopoderosa e interesaba tanto a grandes como a humildes, por eso se comprende que Herodes se sintiera turbado. La concesión de la iglesia fue acorde con aquellos tiempos en el deseo de centrar la vida de Jesús en una realidad general (la estrella era uno de los prototipos de aquella cultura en que nació Cristo). Evocada con ocasión de nacimientos de enviados de Dios, de grandes personajes. Y ha pasado también a la mitología y signos -al igual que Napoleón- nos seguimos confiando al acometer una empresa buena y nueva estrella.
En el análisis de este episodio se insiste en el contraste de los tesoros de los Reyes y las ofrendas de los pastores, el reconocimiento de un rey más poderoso que los demás reyes, en la simbología y en la definición de los dones y de los Magos, en la relación de las culturas antiguas, del itinerario -ida y vuelta- de los Reyes. Los ejercicios hermenéuticos, dice Paul Roux, pueden practicarse hasta el infinito en una serie de detalles pero el mensaje esencial es esa Epifanía de Dios al mundo en su Nacimiento, al carácter universal y misionero y a la especial atención y celebración de y para los niños, aún hoy día.
