El brutal deterioro institucional y la degradación legislativa en estos últimos años ha sido de tal calibre que recuperarlo va ser una tarea de titanes. Y les voy poner un simple ejemplo de ello en materia de vivienda, donde la accesibilidad a la de alquiler se ha complicado como nunca se recuerda en la serie histórica. Vamos con los datos: el INE ha cifrado el número de viviendas vacías en España en su último informe en más de 3,8 millones, lo que supone el 14,4% del total del parque, contabilizado que es actualmente de 26.623.708 viviendas, de las cuales un total de 18.536.616 son principales. Todo ello con un porcentaje de viviendas en arrendamiento que llega al 16,1% del total. Pues bien, con estos datos, al sanchismo y sus huestes de la extrema izquierda no se les ocurre otra que legislar y aprobar una Ley de Vivienda que penaliza, demoniza y persigue sistemáticamente, al igual que la Santa Inquisición en su momento, a los propietarios de una vivienda desocupada en un país de propietarios. Y es que el 75,5% de los hogares españoles son en propiedad, es decir, más de 20 millones de españoles y españolas son propietarios de una vivienda. Y el sanchismo los ha convertido, con esta aberrante y politizada Ley de Vivienda, en sus contrarios. Y a días de unas elecciones generales... va a tener muy complicado que le voten, creo yo, aunque ese es desde luego su personal problema.
Pues intento vislumbrar al urbanismo ourensano y me preguntó si va de mal en peor. Pues no, de mal en peor, no, sino lo siguiente
En vez de aportar seguridad jurídica al mercado de la vivienda para intentar movilizar, aunque sólo fuera, un 10% de la vacía, es decir, unas 400.000 en todo el país, y así aliviar la constante presión de una demanda de alquiler constante y al alza haciendo crecer la oferta para aliviar los precios, pues hace todo lo contrario con una demagogia a imagen y semejanza de su ley del “solo sí es sí”, y de la cual ya todos conocemos sus terribles y perniciosos resultados.
Y claro que España necesita una Ley de Vivienda actualizada, moderna, que dé respuesta en tiempo y forma a las problemáticas y que agrupe todas las normativas existentes, reduciendo así la burocracia y buscando la eficiencia y simplificación administrativa. Pero es que se ha legislado todo lo contrario, desperdiciando una oportunidad única, una más.
Y ya sé que hablar del PXOM y todo lo que representa es un ladrillo al que muchos no interesa, pero ahí está la gran diferencia, la de los que creemos y pensamos en el presente y futuro de toda una ciudad, Ourense, y el resto, por decirlo de una manera suave
Y no puedo dejar de volver la mirada hacia mi Ourense. Y ¿qué veo? Pues intento vislumbrar al urbanismo ourensano y me preguntó si va de mal en peor. Pues no, de mal en peor, no, sino lo siguiente. Ya ha tocado fondo con su actual representante municipal local en materia de urbanismo y vivienda; es que ya no hay más adónde ir... Y ya sé que hablar del PXOM y todo lo que representa es un ladrillo al que muchos no interesa, pero ahí está la gran diferencia, la de los que creemos y pensamos en el presente y futuro de toda una ciudad, Ourense, y el resto, por decirlo de una manera suave.
Y no sé por qué, en estos momentos se me viene a la mente lo de aquel exconcejal de urbanismo de la Marbella de Gil y Gil... ¿cómo se llamaba? Ah, sí, Antonio Roca, exasesor urbanístico y ex gerente de Urbanismo de Marbella en aquellos “locos años” de vino y rosas marbellíes. Pero sigo sin atisbar por qué se me viene al pensamiento esa persona -condenada en firme por cohecho y malversación entre otros delitos, y con su correspondiente ingreso en prisión en el año 2006- cuando escribo sobre el urbanismo de mi ciudad. No sé, serán ya los años que me pesan demasiado y nublan y espesan mi mente y memoria... será eso.
