Opinión

Es un error estigmatizar las viviendas vacacionales

La desconfianza absoluta de los propietarios hacía la Ley de Vivienda, que los deja en situación de inseguridad jurídica, ha provocado una derivación de viviendas de alquiler tradicional hacia el de vacacionales, por rentabilidad y por seguridad jurídica. Si a eso le unimos la falta de incentivos y bonificaciones fiscales a los propietarios, la prohibición transitoria de repercusión del IPC en la renovación de contratos de alquiler, una ley de vivienda intervencionista y el aviso de penalización a las viviendas vacías o la limitación de precios, se penaliza al pequeño propietario que busca una alternativa distinta al alquiler tradicional. Lo cual, sumado a una rentabilidad en la vivienda vacacional superior a la tradicional, produce un auge de la vivienda turística como nunca antes se había visto. 

Las viviendas turísticas en España aumentaron un 9,2% en el último año, con un total de 340.424. Todos estos pisos turísticos representan el 1,3% del total de viviendas en territorio nacional. 

Mientras, en Galicia, tenemos 22.154 viviendas vacacionales a 1 de enero de este año en curso. Y ahí va su desglose: 7.382 vacacionales en A Coruña provincia; 3.040 en Lugo provincia; 10.404 en la provincia de Pontevedra, y 878 en la de Ourense. 

Y por ciudades sería el siguiente: En A Coruña, 1.123; en Pontevedra, 454; en Ourense, 365; en Lugo, 248; en Ferrol, 190; en Vigo, 1.560, y en Santiago, 800 viviendas vacacionales. Vigo se convierte en la primera ciudad de Galicia con más viviendas turísticas por su elevada demanda. Y con unas previsiones de que supere las dos mil a finales del tercer cuatrimestre del presente año. 

Actualmente, en el conjunto de Galicia, existe una oferta que fluctúa sobre las 2.700 viviendas en el circuito de comercialización de alquiler tradicional (la oferta más reducida en la serie histórica). Todo ello, en un contexto en el cual el 32% de las viviendas en alquiler tradicional se ubican fuera de las áreas de influencia de las 7 grandes ciudades de Galicia, y ahí es donde el precio de los arrendamientos no representa un problema añadido a las economías familiares. El 15,3% de las familias gallegas viven de alquiler, siendo las provincias de Pontevedra y A Coruña donde se supera el listón del 16%. Por eso mismo, es útil que sepamos cuántas son las unidades familiares con vivienda en arrendamiento en las grandes ciudades, que es donde se concentra la demanda, y que son las siguientes: en A Coruña, el 29%; en la ciudad de Pontevedra, un 16%; en Vigo, el 28%; en Ourense, un 24%; en Ferrol, el 20%; en Lugo, un 21,2%, y en la ciudad de Santiago, un total del 24,2%. 

Sería un gran error demonizar las viviendas vacacionales, tal como se está planteando desde algunos foros, cuando son únicamente un efecto colateral de la inseguridad jurídica en materia de vivienda alimentado por normativas como la actual Ley de Vivienda estatal que únicamente ha originado un efecto pernicioso en el propio mercado. 

La vivienda vacacional no es el problema, es el Gobierno quien lo crea en vez de dar una solución a quienes no pueden tener una en propiedad y solo pueden acceder al mercado de alquiler, sea libre o de protección. 

Un último dato para entender que a la vivienda vacacional no se la debe demonizar en absoluto y que limitar su número sería otro craso error por parte del Gobierno de España: de las 340.000 viviendas vacacionales en España, únicamente el 5,5% se encuentran en Galicia.

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