Opinión

Una España de tres velocidades

Los ciudadanos deben ser el centro de cualquier línea de actuación de una administración, sea esta local, autonómica o estatal, y la ciudadanía comprende a la totalidad de los hombres y mujeres que aquí vivimos, sin exclusiones de ningún tipo ni condición. Hago esta introducción porque recientemente las estadísticas oficiales nos decían que España ha perdido población, pero la han perdido 25 provincias y 27 la han ganado, aunque en el conjunto del país el saldo demográfico es negativo. Tenemos un parte del Estado que crece y otra que decrece, y dentro del grupo que pierde población están los que quedan descolgados por la cola en todas las estadísticas habidas y por haber: Ourense se encuentra en esa tesitura y decir lo contrario significaría engañarnos a nosotros mismos, y esa no es ni la solución ni la actitud que debemos tomar. También la semana anterior el INE nos decía que el paro bajó en 2.300 personas en el primer trimestre del año respecto al trimestre anterior, un 0,04% menos, según datos de la Encuesta de Población Activa, que incorpora ya la nueva base de población, con un total de parados de 5.933.300 personas. No obstante, como consecuencia de la evolución de la población activa, la tasa de paro se situó al cierre del primer trimestre en el 25,93%. Y de estos más de 5,9 millones de desempleados, el 50,1% son parados de larga duración y al filo de su exclusión social, si no lo están ya.

Estos son los datos estatales, que no son negativos porque suponen un freno en la destrucción de empleo, pero en Galicia no ha sido así, ya que el paro se ha incrementado en 16.100 personas en el primer trimestre del año en relación a los tres meses anteriores, un 5,72% más, hasta situarse en un total de 296.900 desempleados con una tasa del 23,2%. Estos datos arrojan una jarra de realidad a aquellos que intentan disfrazar el día a día de una parte de este país. Sí que es verdad que hay datos macroeconómicos positivos y que los bancos vuelven dar beneficios (normal, después de inyectarles dinero público de los impuestos de los ciudadanos a espuertas), pero no afecta positivamente a todos por igual y nosotros estamos entre las provincias que más están sufriendo esta grave situación.

Pero, que Ourense sea la provincia con menos población activa del conjunto del Estado debería provocar una reacción en la que los agentes económicos, sociales y representantes políticos tomásemos la firme decisión de luchar conjuntamente por el futuro de los 326.724 ourensanos que aquí vivimos y, en este punto de encuentro, donde el interés general debe obviar cualquier partidismo, deberíamos esforzarnos en desarrollar líneas de actuación económicas que provocasen un revulsivo en la dinamización de nuestra provincia, tanto demográfica como económicamente. Los ourensanos necesitamos diálogo, consenso, colaboración, y sobre todo la suficiente fuerza interior y exterior que nos ayude a recuperar nuestra autoestima y creer verdaderamente en nuestras posibilidades y nuestro futuro como sociedad. No hay varitas mágicas, únicamente existe nuestro esfuerzo, inteligencia y constancia, y el saber ser personas.

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