Tengo que ser sincero y empiezo diciendo que el artículo de opinión que ya tenía escrito de hace días ha acabado en la papelera de mi móvil. Y es que el complejo y estrambótico resultado electoral de este domingo deja el Gobierno de España en el aire y en manos de un reguero de formaciones políticas, tanto para el candidato Sánchez como para el candidato Feijóo. Y comienzo por este último, ya que para que pueda ser presidente necesita el apoyo para su investidura -no para formar parte de su posible gobierno- de Vox, UPN, PNV y Coalición Canaria. Y matizó lo de formar parte de su gobierno, porque el PNV jamás apoyaría con sus votos un gobierno del cual Abascal formara parte. Aun así, y aunque las relaciones de Feijóo con Urkullu siempre han sido excelentes, pues esta vez se va tener que emplear a fondo. Y aquí tengo que recordar que este mismo miércoles se sabrá el resultado del voto CERA, el cual puede dejar definitivamente al PP de Feijóo sin ninguna posibilidad de poder gobernar España. Lo sabremos en unas horas.
El calendario de formación del nuevo Gobierno de España empieza el 17 de agosto, en que se constituirá el Congreso y el Senado el 24 del mismo mes, los grupos parlamentarios, por lo que el primer intento de investidura será en los primeros días de septiembre. Todo ello con la espada de Damocles de una repetición electoral en diciembre. Espero personalmente que eso no suceda.
No va ser una legislatura fácil para ninguno de los dos bloques gobierne quien gobierne. Al PP le hace falta Vox para gobernar, y seguramente esta última formación política pretenda dar su apoyo a cambio de entrar en el Gobierno. Lo primero que se me viene al pensamiento es que ambos partidos políticos deben extraer sus propias conclusiones de lo sucedido en esta última legislatura con el binomio PSOE y Unidas Podemos. Un gobierno bipartito que ha sido un total desastre, sin paliativos. A Santiago Abascal le recomiendo mesura, sentido común y sentido de Estado en su negociación y acuerdos, que es justo lo que Pablo Iglesias no tuvo en ningún momento, y que al final derivó únicamente a Unidas Podemos a su práctica desaparición del escenario político. Y sí, también hay que decir, por ser totalmente objetivo, que el relevo inmediato de Feijóo si no consigue los apoyos necesarios para su investidura, ya tiene nombre y apellidos: Isabel Díaz Ayuso. La política es así y Feijóo lo sabe perfectamente.
Sánchez está más eufórico. Las encuestas le auguraban una deblace y esta no se produjo. Sumar de Yolanda, pues no sumó mucho, pero por lo menos le hizo el relevo de los votos de Unidas Podemos, que no es poco. Y otra vez los Puigdemont y los de Bildu son clave para su gobierno, más de lo mismo.
Por último, decir que en Galicia el resultado del PP ha sido espectacular, con un hundimiento total del PSOE -aun sin candidato definido a la Xunta- y un BNG que ha tocado techo electoral. Y es que ese nacionalismo rancio del que hacen bandera les penaliza una y otra vez. Y sí, este resultado posiblemente derive a unas elecciones autonómicas en nuestra Galicia en los próximos meses, porque consolida el liderazgo de Alfonso Rueda y porque es un verdadero balón de oxígeno a las expectativas populares de revalidar nuevamente la mayoría absoluta con él al frente. A la pregunta de si acierta el PPdeG con Alfonso Rueda como candidato para revalidar una nueva mayoría para poder seguir gobernando, pues mi respuesta es cristalina: por supuesto que sí.
