Opinión

Un Gobierno para desgobernar España

El Gobierno más caro de la historia nos dice, por tercera vez, que hemos "vencido al virus". Ojalá sea verdad, pero es que Pedro Sánchez ha perdido su credibilidad hace ya mucho. El presidente, y su cohorte de ministros y ministras, han anunciado un organigrama de administración de vacunas que, solo un día después, la propia Comisión Europea nos dice que podría quedarse en una declaración de intenciones, nada más. Ya nos toman el pelo hasta con las vacunas.

En esta situación de emergencia sanitaria, económica y social, hemos visto cómo el actual Ejecutivo del país echa balones fuera, una y otra vez, con una facilidad pasmosa. Todo ello en un marco económico en el cual las recientes estimaciones del FMI derivan a España a quedar con el peor comportamiento como país de toda la UE en las previsiones de déficit para los próximos cinco años. ¿Y esto qué significa?, pues que nos quedamos, y quedaremos, de últimos en PIB y empleo, con una tasa de paro actual del 16,8%, mientras la media europea está en el 8,3%. Gestión eficaz y eficiente 100% la de este Ejecutivo, en fin. Pero si hay un dato demoledor, preocupante y sonrojante de cómo nos gobiernan es el que hemos conocido estos días: los hogares que llegan con dificultad o mucha dificultad a final de mes se disparan en el primer trimestre de 2021 hasta suponer el 58% del total, 10 puntos más que un año antes. Esta es nuestra realidad: que seis de cada diez familias lo están pasando mal, muy mal, y lo demás es incompetencia total y absoluta de quienes gestionan nuestros recursos públicos.

El grado de ineficiencia e ineficacia de este Gobierno para afrontar los problemas de nuestro día a día es infinito. Un simple ejemplo de ello con los últimos datos del INE: la emancipación juvenil en España es un quimera; el 55% de los menores de 30 años aún residen en casa de sus padres por falta de oportunidades laborales o estabilidad de la misma. Una cifra que supone el mayor porcentaje desde que existen registros de estos datos. Pero la actual situación también ha perjudicado la emancipación de los jóvenes de entre 30 y 35 años, los cuales aún residen en el domicilio familiar en un porcentaje que se situó en el 25,6%, un aumento de 5,1 puntos desde 2013 y de 1,1 puntos en relación a 2019, casi nada.

Y quiero aprovechar estas últimas líneas para observar mi ciudad, Ourense. Y lo que veo es triste, muy triste. Una ciudad que se está desmoronando al igual que muchos pueblos de nuestra provincia, los cuales nos anticipan nuestro futuro a corto y medio plazo. Una ciudad sin seguridad jurídica urbanística, sin industria, sin oportunidades laborales, sin una economía pujante que cree empleo estable y de calidad, que es lo único que fija población de verdad. Una ciudad de un puñado de funcionarios y un buen porcentaje de pensionistas. La realidad es que la clase media la están destruyendo en este país de una forma sistemática en los últimos años, y en Ourense, pues qué les voy decir que ustedes no sufran en carne propia. En un Ourense con la renta per cápita más reducida de toda España, con las pensiones más bajas de todo el Estado, con más pensionistas en precario que personas en activo trabajando, pues me preguntó: ¿dónde está la igualdad social en la España “vaciada” y en provincias olvidadas y despreciadas como la nuestra? Nuestros jóvenes no es que ya no puedan tener una vivienda en propiedad, es que ni pueden alquilar una porque no tienen trabajo, o porque si lo tienen, la mayoría es en precario.

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